Seamos Un Para Siempre

· V e i n t i d ó s ·

Cuando tomo el teléfono para ver la hora tengo varios mensajes sin leer.

HELEN: ¡Buenos días, fiestera! ¿Qué tal esa resaca? Oliver me acompañó a por el taxi y me volví a casa, pero lo pasé muy bien.

HELEN: Ahora sin bromas, espero que estés bien. Si algo te pasó ayer, puedes hablar conmigo cuando quieras de lo que sea, ¿vale? Las amigas estamos para eso.

ETHAN: ¿Qué tal fue la fiesta? Espero tus mensajes para que me cuentes TODO y a cuántos famosos has visto borrachos.

OLIVER: Buenos días, princesa. Te he dejado agua en la mesita. Hoy no trabajo, espero que tú también puedas dedicar el día a descansar.

Miro hacia la mesita de noche de nuevo y, efectivamente, hay una gran botella de agua. ¿Oliver la ha dejado allí?

Flashbacks de él cargándome escaleras arriba a mi habitación y de los dos bailando llegan a mi cabeza. Recuerdo haberle arrastrado hacia la pista, y creo que también me caí. Pero después de eso todo es un poco borroso.

Espera, ¿no me llevó a la cocina a comer algo?

Me siento en la cama a duras penas. La cabeza me duele muchísimo y tengo el estómago revuelto, como si hubiese enfermado de un virus intestinal.

Y sed. Me muero de sed.

Agarro la botella y bebo a sorbitos. Tengo la sensación de estar a punto de vomitar.

Necesito volver a tumbarme pero me apremia la necesidad de ir al baño, así que hago de tripas corazón y me levanto. En en ese momento en el que me doy cuenta de que llevo puesto mi pijama.

Dios. Mío.

Si Oliver me subió a la habitación, ¿él también me ayudó a desvestirme?

Recorro la estancia con la mirada y encuentro el vestido estirado sobre un pequeño sofá que hay en la esquina. Decido no sobre pensar demasiado en el hecho de que Oliver probablemente me vio medio desnuda, y hago mi camino hacia el baño.

Al mirarme en el espejo por lo menos me encuentro que no tengo tan mal aspecto. No llevo maquillaje y el pelo, aunque está revuelto, fue cepillado la noche anterior.

Cuando regreso a la mesita tengo un nuevo mensaje.

FLEUR: ¡Buenos días, amor! ¿Qué tal te encuentras? ¿Recuerdas algo de anoche?

Mierda. No vuelvo a beber en mi vida. En primer lugar no debí hacerlo, está claro que deshinibirte y perder el control de tus actos, para al día siguiente no recordar bien qué narices hiciste, no es algo divertido. Mucho menos de lo que sentirse orgulloso. Además, me da un poco de vergüenza pensar que todos están preocupados por mí, a juzgar por sus mensajes.

NOVA: Algunas cosas. Perdón por haber bebido tanto.

FLEUR: No te preocupes, al menos estabas en buenas manos. Oliver te llevó a la habitación y yo te ayudé a cambiarte el pijama.

NOVA: ¿Fuiste tú? Muchas gracias.

Tras intercambiar un par de mensajes más y responder a Helen, decido armarme de valor y bajar a la cocina. Me apetece muchísimo zumo de naranja. Tengo al sensación de que esta sed no la va a calmar el agua.

Cruzo los dedos para no encontrarme a nadie, porque tampoco me veo de humor para cambiarme de ropa. Robaré algo de zumo y huiré a la seguridad de mi habitación todo lo que queda de día. Quizás aproveche y finalice el dorama que estoy viendo.

Sin embargo, cuando entro a la cocina, Braxton está allí desayunando.

Mierda.

—Buenos días, Novalee. ¿Cómo estás?