· V e i n t i n u e v e ·

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He de admitir que esta semana ha tenido algo bueno: finalmente he conseguido un papel en la obra. Es uno pequeñito, apenas hablo un total de diez minutos hablando, pero estoy muy feliz.

Inmensamente feliz.

—Te lo mereces, Novalee. Creo que eres la única persona del club de teatro que se sabe todas las líneas.

Sonrío a Helen, porque estoy feliz con la noticia. Los demás compañeros también me han felicitado. Ha sido un golpe de suerte, por así decirlo. Una de las compañeras ha dejado la obra. Estaba agobiada por los exámenes y el club de teatro no le ayudaba a entrar en la universidad que quería. Por eso, a poco tiempo del estreno, lo dejó.

Y el profesor me dio el papel sin hacer prueba. Pensé que los demás se enfadarían, pero ha sucedido lo contrario. De hecho, hemos organizado una quedada durante el almuerzo del día siguiente, así podremos adaptar bien los cambios. Me siento bien recibida dentro de este grupo, aunque Helen es con quien realmente he conectado.

Por eso me he venido un poco abajo cuando me ha dicho:

—Lo siento, Nova. En casa se enfadarían si se enteran que voy a una discoteca. Mucho menos me darían permiso.

Totalmente comprensible, pero me entristece que ninguna de mis amigas del instituto pueda ir. Por lo menos Fleur sí ha aceptado.

—Mi madre siempre me animaba a salir y conocer el mundo —recuerdo con nostalgia—. Decía que tenía que vivir más aventuras que ella.

—Eso es bueno.

Salimos del salón de teatro y caminamos por los pasillos hacia las taquillas. Con las semanas me he dado cuenta que cada día pienso un poco menos en mamá, y aunque se supone que es algo bueno, me asusta.

No quiero olvidarla.

No quiero que deje de formar parte de mi vida.

Aunque técnicamente, ya no lo hace...

—Tuvo que trabajar desde muy pequeña, para ayudar en casa cuando estudiaba y después para pagarse los estudios. Nunca llegué a conocer a mis abuelos porque eran muy mayores, y tampoco tenía hermanos. Así que después de tenerme a mí, éramos las dos solas contra el mundo.

—En casa siempre me han dicho que soy muy afortunada por tener que dedicarme solo a los estudios y disfrutar de la vida.

Asiento y continuamos hablando hasta llegar a las taquillas. Espera junto a la mía mientras meto la combinación y saco los libros que necesito llevarme a casa para estudiar. Mateo me dará unas clases por la tarde.

—¿Son muy difíciles las mates de último curso? —Pregunta al verlos.

Helen está en un curso inferior, por eso no coincidimos en ninguna asignatura.

—Horribles. Al menos a mí se me dan fatal.

—Mi madre me dice siempre que tendrá que contratar un profesor particular. Soy malísima con los estudios. Por eso no habla mucho de ello en su perfil.

Una de las madres de Helen es influencer. Mi perfil es privado pero desde ahí he de admitir que he entrado a ver el suyo. Todo son fotos de la casa, de su familia y videos de DIY. Helen nunca parece muy feliz de aparecer en las fotos. De hecho, ella no usa redes sociales.

—Ey, hola.

Cierro la taquilla y me vuelvo hacia Lucy, que acaba de llegar.

—Hola —saludo.

Pero Helen se mantiene callada.

—¿Qué tal el día?

—Muy bien. ¡Me han dado un papel en la obra!

Seamos Un Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora