Seamos Un Para Siempre

· T r e i n t a & T r e s ·

Ha sido algún alumno haciéndose el gracioso. Está claro. Imprimieron la foto de la red social y me la han puesto en la taquilla para burlarse.

Y mientras me convenzo a mí misma de que solo eso eso y que no tengo nada por lo que alarmarme, llego a la clase de teatro. Todos están hablando de forma distendida y apenas se distraen cuando aparezco. Es lo que me gusta de este sitio. Nadie me trata diferente.

Helen me saludo con la mano desde unas sillas donde está cambiándose a playeras deportivos más cómodas, y camino hacia ella. Nada más llegar, pregunta:

—Entonces, ¿tú y Ben?

Hundo las manos en el rostro. El daño que puede hacer una maldita foto. Y es que el rumor de que salgo con Ben Young no solo se ha corrido por las páginas de cotilleos de los tabloides, también lo ha hecho en el instituto.

Se lo aclaro a todo el que me pregunte, pero no he podido hablar con él. Cada vez que voy a intentar pedirle disculpas por la equivocación se aleja. Literalmente me evita, no estoy bromeando. A la hora del almuerzo dejó la bandeja en la mesa con tal de salir corriendo.

Solo espero que se tratara de una urgencia estomacal, y no que tenga tanto reparo a hablar conmigo.

—No hay yo y Ben —explico, y por primera vez añado un detalle más—. Además, a mí me gusta otro chico.

—¿Oliver King? —Tantea.

Aunque, supuestamente, eso todo el mundo lo sabe. Somos pareja... Hasta que comenté casualmente que ya no lo éramos hace poco por puros celos.

Soy idiota.

—Entonces, ¿lo de que te ha enviado una flor a clase también es mentira?

—No. Quiero decir, sí. He recibido una flor, pero no ha sido suya.

—Chica, cuántos pretendientes —se ríe, pero afloja al darse cuenta de que yo no lo hago—. Oye, ¿estás bien?

—Le he dicho a todos los que he podido que el rumor es mentira. Ben y yo solo somos compañeros de clase. Bailamos, sí, pero nada más.

—De acuerdo.

—Sin embargo es imposible acabar con la mentira. Todos creen ese rumor y yo... No sé como decirles que es mentira.

—Y que quien te gusta de verdad es Oliver, ¿no?

Asiento y ella suspira.

—Ayudaría que Ben no fuese por ahí comentando lo contrario.

—¿Perdona?

¿De qué me he perdido?

—No sé si es cierto, pero escuché que él y algunos del equipo de fútbol andan riéndose y comentando que... tuviste algo con él en la fiesta.

—¿Algo con él en la fiesta? —Repito—. Solo bailamos.

—Ya, pero... La imaginación hace el resto.

No me lo puedo creer. No hace falta que lo diga de forma explícita, pero está claro: creen que me he acostado con Ben Young. Y esto no debería importarme, pero lo hace. ¿Y si llega a ser un rumor fuera del instituto? ¿Y si aparece en el perfil falso de redes? ¿O en internet?

—Mierda. ¿Por qué tienen que hablar de mí?

Estoy apunto de echarme a llorar y creo que Helen se asusta. Me frota la espalda con la mano mientras escondo la cabeza entre las piernas y trato de concentrarme en respirar en vez de en la sensación de opresión que parece invadirme.

—Oye, es solo una tontería. No pasa nada. Se olvidarán en un par de días, en cuanto vean que no os habláis.

Entonces procedo a contarle todo lo sucedido con el perfil falso.