· T r e i n t a & C u a t r o ·

3.1K 427 105
                                    


—Tendré que estar aquí un rato más —asegura.

—Te esperaré.

Pero él niega con la cabeza.

—Han mandado a Eric a buscarte. Llegará en poco tiempo.

Eric, el guardaespaldas de mi padre. Quiero negarme, pero sé que será inútil.

Ben y su padre salen de la oficina, y me ignoran mientras el director vuelve a llamar a Oliver. Tal y como él dijo, me llaman. Después Eric viene a por mí y no me queda de otra que regresar a casa.

*****

Espero que Oliver también vuelva pronto, pero no lo hace. Del mismo modo, no hay rastro de mi padre, y eso me pone más nerviosa todavía.

Siento que todo esto es mi culpa.

La única persona que está ahí es Mateo. Se acerca mientras revuelvo la lechuga de la ensalada que me han puesto para cenar y, nada más sentarse frente a mí, suelta:

—Van a abrir una investigación.

—¿Perdona?

Toma aire como si necesitase tranquilizarse. Parece enfadado.

—En la discoteca, entre el equipo de seguridad, por las fotos. Las sacaron allí. Se suponía que estaban prohibidas las imágenes. Mi amigo me prometió seguridad, el sitio iba a ser de confianza. Es inadmisible que algo así pueda pasar.

Dudo mucho que se pueda hacer algo, así que solo asiento despacio. Ahora mismo estoy más preocupada por lo que le pueda pasar a Oliver que por una tontería como esa foto.

Cuando pones las cosas en perspectiva, te das cuenta de que algunos problemas son solo tonterías.

—No te preocupes, Mateo. Estoy segura de que la gente no tardará en olvidarse.

Por lo menos en el instituto, una vez Ben cuente lo que de verdad pasó.

Mi hermano suspira, y justo en ese momento aparecen de la cocina con su plato de ensalada. Llevo meses viviendo aquí y aún no me acostumbro a que haya tanta gente trabajando.

Espero a que volvamos a estar a solas antes de seguir hablando.

—Ha sido solo una broma pesada. En cuanto se den cuenta de que a nadie le interesa mi vida, dejará de pasar.

—Te equivocas, enana.

—Qué va —niego.

Mateo suspira con una sonrisa de tristeza.

—Eres la novedad. La hija escondida de Braxton Scott, y todos quieren saber un poco más de ti. Quieren saber si mereces la pena.

—Pero tú también eres su hijo y no te acosan tanto.

—Porque ya han descubierto que no merezco la pena. No voy a darles nada de lo que hablar.

Quiero replicar, no sé el qué. Así que solo digo la verdad:

—Sí que mereces la pena.

La sonrisa de Mateo se hace un poco más real. Estira la mano sobre la mesa y yo hago lo mismo para tomársela.

—Gracias, hermanita.

Y mientras compartimos este pequeño momento, pienso en lo mucho que nuestra relación ha avanzado. Lo ha hecho en el momento en el que decidimos confesar cómo nos sentíamos. En el que nos abrimos a la idea de ser una familia.

Y no me arrepiento de nada.

*****

Braxton no llega hasta una hora después, y lo sé porque Fleur me llama a la habitación.

Seamos Un Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora