· Veintitrés ·

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—¡Estás preciosa!

Lucy me da un fuerte abrazo cuando llego a su lado. Ya ha llegado el día, es viernes por la tarde, el partido que Oliver me pidió que viniera a ver como pago por sus clases de defensa.

—Tú también estás guapísima —le respondo.

Vamos vestidas de azul, los colores del equipo de fútbol del colegio. Tengo un poco de frío, pero a Lucy se le ocurrió por la mañana que podríamos honrar al equipo vistiendo los colores y apenas tuve tiempo de elegir un diseño al llegar a casa. Esta vez el conductor que suele llevar a Braxton fue quien me trajo de vuelta al instituto, ya que Oliver tenía que estar antes para prepararse.

—Hay mucha gente —murmura Lucy.

Tiene razón. El aparcamiento está completo y se respira festividad. No solo están los alumnos, también han venido familia y amigos. Hay puestos donde venden bebidas, palomitas y perritos calientes, o incluso banderines para animar. Todo el campo está decorado y han colocado una banda enorme donde reza "VAMOS, HALCONES" en las gradas.

—Oye, Nova. No quiero asustarte, pero ese hombre no deja de mirarnos.

Casi no tengo ni que mirarme para saber a quién se refiere.

—Tranquila, es Eric. Es mi guardaespaldas.

En realidad es el guardaespaldas de Braxton. Como Oliver no podía trabajar esta noche (por obvias razones) y sabíamos que el colegio estaría lleno de gente, Daniel y mi padre insistieron en que debía venir conmigo.

Al principio no estaba muy conforme, pero viendo toda la gente que hay a nuestro alrededor empiezo a sentirme agradecida. La amenaza de muerte sigue pesando en mi mente, ya más calmada porque en realidad no ha pasado nada (y quiero pensar que fue una amenaza falsa), pero estoy más tranquila con Eric aquí.

—¿Te han puesto un guardaespaldas? —Repite Lucy, con expresión de completa sorpresa.

De hecho, es tanta que dejamos de caminar.

Me pongo un poco nerviosa. Por supuesto, ella no sabe quién es Oliver en realidad. Mientras yo ya me he hecho a la idea de que tengo guardaespaldas, ella no tenía ni idea. Y, por millonésima vez desde que la conozco, me planteo contárselo.

—Verás, sabían que habría mucha gente y podría ser peligroso —comienzo a explicar, porque ir directamente a la parte de "amiga, amenazaron con matarme y tenemos miedo de que no fuese una broma", quizás sea un poco demasiado fuerte.

Pero Lucy me interrumpe y asiente con la cabeza:

—Ah, claro. Eres la hija de Braxton Scott —pone una sonrisa dulce en el rostro y sacude la cabeza despacio—. Lo siento, estoy tan acostumbrada a verte sencillamente como Nova, mi amiga, que a veces se me olvida que tu padre es super famoso.

Por alguna razón, sienta bien escuchar eso. Desde que he ido a vivir con Braxton prácticamente todos me conocen como su hija, mi nombre ha desaparecido. Incluso después de semanas en el nuevo instituto sigo encontrándome alumnos que me miran de reojo y susurran. Pero, para ella, solo soy Nova. Y me gusta.

Entrelaza su brazo con el mío y volvemos a avanzar hacia el campo de fútbol.

Miro hacia el campo. Oliver está calentando junto con el resto de jugares, pendiente de las explicaciones del entrenador. El corazón se me acelera al ver cómo corre y se lanza a por el balón, cómo está plenamente concentrado y, a la par, disfrutando.

Ni siquiera creo que se dé cuenta de que he venido, pero eso está bien. Pasa demasiadas horas al día pendiente de mí, necesita tener sus momentos solo para él.

Seamos Un Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora