Camille's Pov
Dalton había dormido en el cuarto de invitados y yo me pase la noche en vela preguntándome porque se fue y me dejó sola en nuestra cama, era la primera vez que lo hacía.
Tampoco quise preguntar, él salió en silencio de la habitación y escuche cómo cerraba la puerta. ¿Si es que ya no me quiere, porque a veces pretende que si lo hace?
Cuando el sol comenzó a asomarse por mi ventana yo tenía decidido lo que iba a hacer esa mañana, con el pijama aún puesto me propuse confrontar a Dalton, a esta hora el terminaba su rutina de ejercicio, podía ser muy temprano en la mañana pero ya era tarde para arreglar nuestros problemas. Tenía que ser yo la que acabara con esto, porque la única que sufría era yo.
Al llegar frente a la puerta, mi mano vaciló en el picaporte. La duda me envolvió, como una niebla espesa, pero el peso de las noches solitarias y las palabras no dichas me empujaron a girar la perilla. No podía seguir escondiéndome de mis propios miedos.
¿Cómo le dices a tu pareja de una forma bonita que su indiferencia te está matando?
Me lo pregunto porque al entrar a esa habitación no hice lo que planeé hacer, Dalton estaba de espaldas a mi, se desvestía para tomar un ducha, una cosa llevo a la otra y termine con el debajo del agua compartiendo el primer momento íntimo con mi esposo después de muchos meses.
Lo peor de todo eso no era que volví a caer en las redes de Dalton, lo peor era que en todo momento que estuve junto a él en esa ducha no dejaba de compararlo con la noche en el hotel con Joe.
Ese maldito había conseguido colarse hasta en mis pensamientos.
Con la espalda pegada a los fríos azulejos de la ducha y mis piernas rodeando su cintura, Dalton me besaba con ganas—Vamos a la cama —dijo sobre mis labios ,sin detener el movimiento de su pelvis contra la mía.
Este lado de Dalton me recordaba por qué me enamoré de él. Sentía que, por fin, los fragmentos de mi corazón comenzaban a recomponerse. Sin embargo, esa felicidad tenía un sabor amargo, pues no podía dejar de preguntarme cuánto tiempo duraría antes de que todo se desmoronara de nuevo.
Pero había una duda que palpitaba en mi cabeza, ¿Por qué de pronto centro su atención en mi?
Que deprimente me veo al preguntar porque mi propio esposo centra su atención en mi.
Trate de concentrarme en lo que Dalton me hacía sentir y borrar cualquier pensamiento que me arruine este momento tan bonito.
Apenas tocamos la cama volvimos a ser esos dos universitarios enamorados que disfrutaban amarse mutuamente de mil maneras.
En la mesa de noche, una llamada entro en el teléfono de Dalton, se incorporó para agarrarlo y sin salir de mi contestó como si nada, tuve que morderme los labios para no emitir algún sonido que delate lo que estábamos haciendo.
Que imprudente de su parte hacerlo, pero no niego que me daba un poco de morbo hacerlo mientras hay alguien al otro lado del teléfono.
Él se dedicaba a decir si o no a lo que la otra persona decía en el teléfono, de pronto el pulgar de su mano derecha hizo contacto con la parte sensible de mi centro acelerando los espasmos provocados por sus estocadas.
Por unos segundo olvide por completo la llamada y gemí en voz alta.—Uhmm...
Cuando me di cuenta de lo que hice me tape la boca, pero provoqué que Dalton acelerara sus movimientos pélvicos.
Una sonrisa juguetona apareció su rostro—Eh, si estoy ocupado ahora, hablamos después.
Apenas colgó tiro el teléfono y se abalanzó sobre mi,
—Ahora no hay nada que te detengan al gritar cuando te haga venir —Dalton aceleró el movimiento de sus dedos sobre mi clitoris y no se detuvo hasta estar seguro de que yo quedara satisfecha.
Caímos agotados en la cama, su brazo me envolvió con un calor que no sentía desde hacía meses. Mientras su respiración se acompasaba con la mía, hablamos en susurros. De la casa, mi próximo trabajo, sus entrenamientos... Pequeños retazos de una vida que intentábamos reconstruir, aunque la grieta en nuestros cimientos seguía latente.
—Te amo mi amor, gracias por apoyarme en todo —dijo antes de besarme.
Tenía las emociones mezcladas y el estómago hecho un nudo, una parte de mi quería aclarar todo lo malo que el había hecho y la otra parte decía que pretendiera que nada paso.
Pero elegí la segunda opción, al menos por hoy, no quería arruinar el momento.
—Yo también te amo...—respondí.
Cuando mire el reloj en la pared esté marcaba casi el medio día, el desayuno con Sarah lo habías olvidado.
—Tendré que disculparme con Sarah por no haber aparecido en el Club esta mañana. —comenté.
—No te preocupes, hablé con Joe para cambiar el horario al almuerzo, así que los veremos al medio día en el club.
Faltaban cuarenta minutos para eso, nos levantamos de la cama y cada uno se fue a arreglar para ir al club.
Dalton se había vestido con su ropa usual para jugar, y yo tenía guardado un conjunto que combinaba con su ropa, solo que no lo uso porque no suelo acompañarlo a jugar.
Al terminar de arreglarme, me miré en el espejo. Mi reflejo mostraba un atuendo sencillo: una falda tableada hasta la mitad del muslo, camiseta con cuello, medias largas y zapatillas, todo en blanco impecable. Mi coleta y el gorro a juego completaban un look que reflejaba la sobriedad del entorno, aunque dentro de mí, todo era un caos.
Durante el viaje en auto Dalton tenía nuestras mano agarradas y de vez en cuando me dedicaba una mirada de amor, por favor que esto nunca se acabe.
Al llegar al club me quede impresionada por lo elitista del lugar, casi todos los socios del club vestían de blanco o en tonos nude, muy elegantes para jugar golf.
Dalton estacionó el auto en la entrada del club donde un valet parking esperaba para estacionar el auto, Sarah y Joe nos esperaban junto a él.
Nos saludamos entre todos e ingresamos juntos, yo me mantenía en silencio y asentía a todo lo que Sarah me comentaba, nada muy relevante, un poco atrás de nosotras venían Joe y Dalton, y me encantaría saber de que hablan por qué parecen dos mejores amigos por la complicidad que reflejan sus rostros.
—Acabo de ver a la madre de una amiga, iré a saludarla y luego los veré en el campo, no te imaginas cuánto nos vamos a divertir hoy Camille —Sarah se alejó sonriente.
—Cariño iré a pedir prestado unos palos para jugar, yo dejé los míos en Buffalo.
Yo solo asentí y lo vi alejarse, me había quedado sola en medio de la enorme recepción del lobby, bueno sola no, Joe estaba ahí también.
—Dalton nunca ha sido bueno en cortar una llamada, ¿verdad? —la voz de Joe rompió el silencio entre nosotros, cargada de una insinuación que me hizo estremecer.—Aunque yo te hice gritar más cuando te hice venir por tercera vez con mi lengua. —dijo sin pudor.
Joe era quien estaba detrás del teléfono cuando Dalton contesto la llamada.
beso en la cola muack 💋🫦

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Illicit Affairs | Joe Burrow
FanfictionDonde Joe y Camille se involucran en una complicada relación. [EDITANDO] PROHIBIDA LA COPIA Y/O ADAPTACIÓN PARCIAL O COMPLETA DE ESTA OBRA