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Camille's Pov

Un velo de vergüenza se deslizó sobre mí, envolviéndome como una niebla espesa. Sentía cómo la culpa se enroscaba en mi pecho, apretando cada vez que Sarah me sonreía con esa dulzura que yo no merecía. ¿Cómo pude ser tan ingenua? Joe me había mentido, sí, pero ¿acaso no había cerrado los ojos a las señales? Cada vez que pensaba en su sonrisa, esa que ahora me parecía tan falsa, mi estómago se revolvía, recordándome que había traicionado a una mujer que no merecía nada de esto.

Sarah irradiaba una dulzura que solo hacía que la culpa se clavara más profundo en mí. ¿Cómo pude haberle hecho esto? Mientras ella hablaba con entusiasmo, describiendo cómo se enamoró de Joe en la universidad, yo asentía, pero mi mente estaba a kilómetros de distancia, atrapada en la red de mentiras que yo misma había tejido. Cada palabra suya era como una aguja, pinchando mi conciencia, haciéndome odiarme un poco más. Quería huir, escapar de su bondad, pero no podía. No después de todo lo que había hecho.

Al final me convertí en lo que odiaba. Con la clara diferencia de que yo no sabía de la existencia de Sarah.

Nuestros asientos están uno al lado del otro así que me pase hablando con ella durante el partido, o mas bien ella hablaba sin parar, aunque era entretenido escucharla, de vez en cuando miraba al campo y podía ver como Joe nos observaba disimuladamente, espero que la culpa lo esté matando como a mí.

El partido transcurrió con calma, el equipo ejecutó jugadas muy estratégicas y lograron estar trece puntos sobre los Bills, cuando término el tercer cuarto Sarah me confesó algo que me dejó helada.

—Creo que Joe me engaña —dijo sin quitar la vista del campo.

De nuevo la culpa apareció, pero se me hacía raro que me comentara eso, apenas la conozco. No le confiesas tu duda más latente a una desconocida.

—¿Por qué crees eso? —dije intentado no demostrar nerviosismo, aunque no creo que sospeche de mi, siempre hay un porcentaje de que pase.

—Las últimas tres semanas a estado raro, bueno el es raro pero esta vez estaba más distante, y muy preocupado por cosas que no quiso decirme.

—No se que decirte, no he tenido la oportunidad de conocerlo, pero por como lo cuentas tiene pinta de ser un patán.

Lo conozco tan poco que deje que me haga una traqueotomía con la lengua.

—Necesitaba decírselo a alguien. —soltó un largo suspiro.

—Puedes confiar en mí, esto quedará entre nosotras —dije, con una sonrisa forzada, mientras por dentro, una voz en mi cabeza gritaba que era una impostora, una mentirosa. Quería decirle la verdad, confesarle todo, pero sabía que eso solo empeoraría las cosas. "No lo hagas, Camille", me decía esa voz, pero otra parte de mí quería gritar, liberarme de esta carga que me estaba aplastando. ¿Cuánto tiempo más podré mantener esta fachada? Cada palabra que intercambiábamos era como una cadena más que me ataba, hundiéndome más en este mar de secretos.

—Hay otra cosa que debo decirte, y espero que te lo tomes con calma. —me tomo de las manos, y sus ojos me miraban con pena.

—Claro, dime.

—Vi a Dalton besar a otra mujer el día de la fiesta de bienvenida.

Illicit Affairs | Joe BurrowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora