✿Xiao✿

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Chun Yan no quería explicaciones, solo quería asegurarse de que sus hijos estuvieran bien.
Con el pequeño Ou estrechándole tímidamente la mano, partió hacia un destino indefinido, en busca de los dos soberanos que se había encargado de criar con disciplina y amor.

Sin embargo, nadie sabía dónde había terminado Qin, e incluso el nombre de (T/N) había desaparecido.

Cuando intentó preguntarle a alguien dónde estaba (T/N), todos le preguntaron a quién se refería.
Para Qin fue completamente diferente: hubo quienes le dijeron que estaba en la enfermería, quienes le dijeron que no lo buscara porque estaba luchando entre la vida y la muerte, y quienes en cambio simplemente le rogaron que lo hiciera presentar sus respetos a quien, al fin y al cabo, con su cuarta victoria consecutiva había puesto a la humanidad por delante y más cerca de la salvación.

Pero en la arena aquellos que tenían un ojo más discreto habían notado que Qin no había luchado sólo junto a su valquiria, sino también en compañía de esa desafortunada Emperatriz que podría haberlo apoyado por el resto de su vida.

Habían luchado y ganado, y no a todos se les había dado el mismo crédito.
A Chun Yan le costó aceptarlo.

-Mamá...- Ou levantó la vista, perplejo y preocupado: -¿No te encuentras bien? ¿Estás preocupada por Zheng y (T/N)?-

-No, esto no me preocupa.- lo tranquilizó inmediatamente Chun Yan, concediéndole una caricia por su suave cabello: -Sólo quiero que los nombres de ambos resuenen por la eternidad.-

-¿Eh? ¿En qué sentido?-

Después de todo, Ou no podía saber a qué se refería, porque estaba hablando de un recuerdo que siempre había guardado en su corazón con celos, del cual nunca se separaría.
Un recuerdo que había cambiado su visión del mundo que la rodeaba y el concepto del término "eterno".








-Chun Yan.-

El pequeño Ying Zheng miró a Chun Yan durante unos segundos, después de dudar en llamar su atención.
Estaban arreglando su cama cuando el niño decidió hablar, y la determinación en sus iris hizo que Chun Yan comprendiera de inmediato que quien estaba frente a él era un Ying Zheng completamente diferente al que conocía.

-¿Lo que sucede? No es propio de ti tener esa expresión.- bromeó, extendiendo la manta sobre el colchón.

-¿Qué se debe hacer para llegar a ser adulto?-

Chun Yan arqueó una ceja.

-¿Hacerse más alto?-

-¡Mira, lo digo en serio!-

Ella se echó a reír cuando vio el puchero ofendido de la persona a la que empezaba a considerar su hijo, su corazón latía con fuerza en su pecho de felicidad.
Quería que esos momentos nunca terminaran.

-Oh, si mi amado príncipe habla en serio, significa que hay un detalle muy importante que debo averiguar.- adivinó rápidamente, y el sonrojo en las suaves mejillas de Ying Zheng fue una confirmación válida.

-Sí, es muy importante.- le escuchó confesar.

-Sé que puede ser difícil de entender, pero convertirse en adulto no es fácil. Este paso lo afrontas cuando te enfocas en un objetivo concreto.-

-¿Un objetivo concreto?-

-Sí, y haz lo que puedas para hacerlo realidad. No importa los riesgos que enfrentes, no importa los obstáculos que te obligarán a tomar caminos diferentes. Tienes que centrarte en tu camino y listo, no centrarte en el camino de los demás. Abraza tus principios, tus ideales, tus anhelos más ocultos, y cuando estos los alcances y formen parte de tu vida cotidiana, podrás decir que te has convertido en un adulto de gran respeto.-

Eternal Torment  | QinxReader Donde viven las historias. Descúbrelo ahora