《 Inmarcesible 》

Mirada misteriosa

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Nuevamente se encontraba en plena oscuridad, pero había ligeros cambios en este lugar, la oscuridad ya no daba miedo como la anterior vez, incluso había roturas de luz en ciertas partes, aquello formaba un misterioso y bello paisaje de noche estrellada. Quería despertar y no pudo hacerlo, porque se sentía todavía agotada, aunque el dolor se había ido disminuyendo, sentía como algo circulaba por su ser, podría pensar que era magia curativa, pero algo en lo profundo de ella sabe que no es solo eso, es algo más, algo ingreso a su cuerpo para curarla. Comenzó a escuchar susurros, que después se transformaron en voces, y las voces en conversaciones entrecortadas, porque no lograba captar todo, a pesar de todo esa voz se escuchaba tan suave.

—¡Hermano! —Exclama con efusividad—. ¿Todavía no despierta? ¿Cuándo lo hará? Su lobo anda llorando casi todo el tiempo y ya no se como distraerlo.

—Angela. —Suspira—. No seas ruidosa y ten paciencia, sabes que esto lleva tiempo.

—Pero ya está curada ¿no?

—Es complicado Angie. —Suspira—.

—Ya... —Revisa su marca—.

....

—Arm, te llegó otra invitación de alianza.

—Solo destruye la Al, no me casaré por obligación.

—¿Todavía duerme?

—Casi todo su interior fue congestionado.

—Gaia se sobrepasó esta vez.

—Prácticamente la obligó a...

La conversación se volvió a entrecortar, no escucho ya nada, entonces si que tuve heridas internas, siempre escucho varias voces, pero solo una en particular se mantiene todo el tiempo a mí lado, es lindo que alguien te cuidé sin importar que, aun si lo hace porque es su obligación, que no me haya dejado luego de curarme es agradable. Solo mi familia ha hecho algo similar por mí, en una ocasión logre abrir los ojos, lamentablemente sólo fue por unos minutos y vi su mirada de lado.

—No te fuerces a despertar. —Posa una mano en su frente—. Aunque ya estés lista, hazlo con calma para no lastimarte, tu cuerpo sufre cuando haces mucho esfuerzo. —Sigue en sus asuntos—.

Es la primera vez que me habla a mi, que no me sobreesfuerce ¿eh?
Pues vale, intentaré despertar con calma, aunque eso lleve demasiado tiempo. De nuevo intentó despertar y está vez lo logró con éxito, descubriendo a un chico practicando con la espada, al verme dejó de hacer lo que hacía para acercarse a mi. Parecía a la expectativa, su rostro estaba serio y frío a pesar de la sonrisa que mostraba, además de que su mirada era más expresiva de lo que parecía.

—¿Cómo te sientes? —Se inca a su lado—. Ten. —Le ofrece un cuenco de agua—.

—Gracias. —Dice un poco ronca—. Estoy mejor.

—Entonces ya puedes irte. —Toma su espada de nuevo—. Solo sigue el sendero, pronto te encontraras con tu lobo. —Sigue en sus cosas—.

—¿Cuánto he dormido? —Se levanta con cuidado—.

—Dos meses. —Responde Cómo sí nada—. Tranquila, el tiempo pasa diferente acá.

—¿Qué me sucedió? —Se acerca un poco—.

—Fue como una sobredosis de Numen. —Se posiciona en frente suyo—. Lo entenderás con el tiempo. —Da un toque en su frente—. Por cierto, procura no tener emociones fuertes muy seguido por el momento. —Le acomoda el cabello—. Podrías perder el control otra vez.