《 Inmarcesible 》

Quiero la verdad

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Flora estaba en el jardín con su familia, plantando, investigando y practicando su magia entre risas. Mientras eso pasaba ahí, Amarok en las afueras estaba vigilando, encontrandose en el camino con algunas criaturas que nunca ha visto.

Entre los árboles había algo que lo vigilaba de cerca, cuando Amarok se lanzo a atacar este lo esquivo, descubriendo a Chía junto a una ave bastante majestuosa, todos los animales que había visto antes se pusieron un pasó por detrás de Chía.

Amarok no entendía del todo lo que veía, pero sabía de forma inconsciente qué aquella hembra era la líder de todas aquellas criaturas.

Calmate quieres. Se sienta, mientras todos los demás se dispersan un poco al asegurarse de que está bien.

¿Qué haces aquí? Se pone a la defensiva frente a la loba, aunque comienza a pensar que no es de su misma especie.

Cuidando el tesoro de mi amo. Se rasca la oreja, en lo que la ave baja de su lomo.

No creo que debiste decirle. Picoteo las patas de Chía con reproche, mirando al lobo con aburrimiento.

¿Ese tipo Armin? Camina alrededor de ambos con cierta cautela, no quería que  la hembra lo volviera a dejar inconsciente de un mordisco.

Mi amo es el mejor. Su cola se mueve con emoción, mientras que la ave solo la ve con cierta diversión.

Ashley es mejor. Agita sus alas como si le estuviera reprochando sus palabras.

Con aquello Amarok supo que esto iría de largo, así que sería mejor que se acomodara por ahí cerca, mientras esos dos dejan de discutir.

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Aún más lejos de ahí, estaban los Obsidiana cazando, todo era un descontrol total, los cuatro hermanos estaban espalda contra espalda.

Ellos estaban rodeados, pero no por ello preocupados, solo debían estar pendiente de la más pequeña entre ellos, ya que es quien tiende a tener más estados de berserker, el frenesí era comparable a su descontrol.

Y en ese instante no fue diferente, cualquier criatura que estuviera a menos de 10 metros de distancia, muere terriblemente por unas cuchillas de aire tan filosas qué el enemigo no es consciente del corte hasta que ya es demasiado tarde.

— Angie, controlate. — toca su hombro con seriedad.

— Estoy bien, solo quiero evitar que lo hieran más. — Deja pasar a los que no tienen malas intensiones.

— ¿Activaste el modo frenesí, porque aquella gran serpiente nos envenenó? — le presta atención a hermana.

— Amm yo... — se siente un poco nerviosa.

— ¿Al igual que te pusiste en modo berserker para salvar a Armin de aquellos psicópatas? — también voltea a ver a su hermanita.

— Chicos, estamos en batalla y hay sangre por todos lados. — señala hacia todo el desastre qué han hecho.

— Todos estamos manchados de sangre enemiga, Angie. — levanta pilares de agua, golpeando a un ser qué estaba acechandolos desde arriba.

— Sí y estar luchando contra un mil pies gigante es apenas lo más complicado a lo que nos hemos enfrentado. — reúne ceniza hasta formar una especie de techo super duro y peligroso, por lo explosivo qué es.

— Además de que solo estamos haciendo nuestro trabajo. — con tinta crea varias criaturas y caballeros qué van al frente para luchar.

Ellos también habían activado el frenesí para potenciar sus habilidades, aunque eso signifique pagar con cordura y que su forma destructora tome más consistencia.