Capítulo 2

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Mayo 2014, Luna Park. Libertad Tour.

Desde acá abajo se escuchaban los gritos del público. Estaba en mi camarín sola, ventajas de ser la única mujer del equipo, mirándome al espejo mientras me delineaba la línea de agua con un lápiz negro. La realidad es que no me maquillaba demasiado para salir al escenario, era tanto el calor que se pasaba ahí arriba que prefería tener la cara no muy cargada, solo con resaltar mis ojos en un delineado y tener mis labios rojos me alcanzaba.

En el ipod se reproducía Ya No Se Que Hacer Conmigo de El Cuarteto de Nos, uno de mis temas favoritos. Cuando la canción terminó, hubo un pequeño silencio y a lo lejos se escuchaban guitarras, corridas y gritos. Sonreí para mi, son literalmente unos niños.

Unos golpes en la puerta me hicieron salir del trance, apague la música y grité.

–Estoy en bolas no me jodan.

–A pero hubieras avisado antes querida, no invitas. – Patricio abrió la puerta con una sonrisa sin importarle si realmente estaba desnuda o no – Mentirosa, me rompiste el corazón.

Dijo riendo dándose cuenta que le había mentido. Entró y cerró la puerta. Lo mire alzando una ceja.

–¿Qué querés Pato?

–Que me pongas eso negro abajo de los ojos.

Como pancho por su casa me agarró del brazo para sacarme de la silla, se sentó y me metió entre sus piernas dejándonos enfrentados. Me reí mientras veía que cerraba sus ojitos esperando a que lo maquille y eso hice, pase la sombra negra por la línea de sus pestañas inferiores difuminando con una brocha y cuando terminé pasé una toallita húmeda para limpiar el exceso de polvo. Me separé de él y me senté en la silla de al lado.

–Estoy divina. – Dijo y pegó una carcajada de esas que siempre larga. Lo miré con una sonrisa divertida, está loco. Observé bien su vestimenta, estaba hermoso. Musculosa y pantalón negro, pelo atado y sus borcegos de siempre. Al darse cuenta que lo miraba mucho, habló. – Gracias Natutis ¿te falta mucho? Me avisó German que en veinte tenemos que estar saliendo más o menos.

–Me pongo las zapatillas y estoy. – Me paré y fui al silloncito que estaba ahí. 

Estar en la misma habitación con Patricio siempre me generaba emociones, tanto nuevas como viejas pero siempre estaban ahí. Esos nervios lindos que se mezclan con ansiedad no siempre fueron productos de la previa a un recital, es más me atrevo a decir que el noventa por ciento de las veces que estábamos por subir a tocar y yo estaba nerviosa, era culpa de él. Sentir su mirada intensa, su insistencia de que sea yo la persona que lo maquille cuando tranquilamente pueden contratar a alguien, me ponía los pelos de punta.

Me terminé de atar los cordones y cuando levanté la vista estaba atento a cada movimiento que yo hacía. Y esa mirada, por favor, que no haría bajo esa mirada es la pregunta. Sonrió de costado y habló.

–Estás linda wachita eh, una falta de respeto que subas así. – Patricio me escaneó de arriba a abajo, yo lo miré con una sonrisa y automáticamente sentí mis cachetes rojos. Él al darse cuenta se río. – Ay ella se pone colorada.

–Dale nene nos van a matar vamos.

–No para, tenes algo acá. – Me acercó a él y con el dedo pulgar me contorneó el labio de abajo. Estábamos muy cerca realmente y los nervios que ya sentía se fueron por las nubes. La puerta se abrió y automáticamente me separé de él.

–¡Dale loco, quedan cinco para subir y no los encontramos! – Habló Guido indignado. Se quedó parado en la puerta viendo la situación y nos miró con una pizca de picardía en sus ojos. – ¿Qué estaban haciendo asquerosos?

Pensamientos || Patricio SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora