Capítulo 23

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Diciembre 2018, una nueva vida.

Baje del taxi después de pagarle y cerré la puerta. En la calle me esperaba Guido, entramos a la clínica después de saludarnos y subimos al quinto piso. El ascensor se abrió mostrando un cartel "Bienvenidos al sector maternal, por favor mantener silencio".

Seguí al Sardelli menor por el pasillo hasta llegar a una habitación que en la puerta tenía colgado un bordado con el nombre Galileo y un gatito espacial. Tocamos y un adelante se escuchó desde adentro, Guido abrió pasando él primero y después entré yo. En la habitación estaban Gastón con sus padres y Patricio en el sillón que estaba abajo de la ventana. Después de saludar a los papás de los chicos e ignorando a mi ex, me acerqué a Lu que tenía al bebé acurrucado en sus brazos. Dejé un beso en su cabeza y presté toda mi atención a Galileo, mi ahijado. Me tapé la boca sorprendida por lo hermoso que era, lo miré a Gastón con una sonrisa y lo abracé cuando llegó a nuestro lado.

– Hola Gali... – acaricié su mejilla y el bebé abrió sus ojos al escuchar mi voz. Se habían ido todos de la habitación y solo quedamos nosotros cuatro. Estuve un rato con ellos hasta que llegó la familia de Lucía y decidí que iba a pegar la vuelta a mi casa.

Salí de la habitación y yendo para el ascensor me crucé a Patricio que enseguida vino atrás mío, como no quería correr el riesgo de quedarme encerrada con él en el ascensor, decidí bajar por las escaleras.

– Natasha para... – me frenó agarrandome del brazo, me di vuelta enojada y me solté de su agarre.

– ¿Qué queres?

– ¿Podemos hablar? – me reí irónica y seguí caminando. – Bue deja sabes que ya vas a venir. – me frené haciendo que su cuerpo choque con el mío y lo enfrenté enojada.

– No, sabes que no. No voy a volver, esta vez no voy a volver. Me tenes harta, vos y tus humillaciones constantes. Me cansaste, lograste lo que tanto quisiste durante todos estos meses, ya podes disfrutar de tu soltería. – pegué mi dedo a su pecho y bajé el tono de voz cuando quedamos cara a cara. – Anda a acostarte con la primera que se te cruce y a mi no me jodas más, olvidate que existo. Yo ya lo hice hace mucho.

Y sin decir más, me fui dejándolo ahí.

Diciembre 2020, un nuevo comienzo.

El traqueteo de la camioneta empeoraba mi malestar, el dolor de cabeza era inhumano y mi estómago estaba revuelto a más no poder. Patricio dejaba caricias en mi pelo, tenía la cabeza apoyada en el hombro de él. Ellos iban hablando de algunas cosas que tenían que modificar para el show en stream que tenían hoy.

Finalmente había aceptado cantar con ellos en forma de agradecimiento a la gente que me apoyó en todo momento, solamente iba a cantar Culpables e iba a tocar el piano para Guido cuando cante el tema nuevo que van a presentar hoy. Desde octubre más o menos estoy ayudando a producir el disco de los chicos, había tomado la decisión de alejarme de los escenarios y pasarme a la parte de producción, tantos años en la industria me había dado herramientas para tomar ese lugar.

Con Valentín y la productora me reuní para avisarles de mi decisión hace unos días, por suerte lo habían tomado bien y me contaron que estaban en pleno armado del segundo disco así que me ofrecí a ayudar en lo que necesiten provocando que Valen me lo agradezca y me aseguró que probablemente me llamaría para trabajar en alguna canción juntos.

Me separé de Patricio bruscamente cuando sentí una arcada subir por mi garganta, me tapé con una mano la boca y cerré mis ojos apoyando la cabeza en el respaldo respirando profundo. El silencio se hizo presente en el vehículo y Gastón habló preocupado.

Pensamientos || Patricio SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora