Pensamientos || Patricio Sardelli

Capítulo 16

Julio 2020, cuatro meses de cuarentena.

Estaba en el patio de casa, eran las tres de la mañana y no podía dormir. Noches de insomnio sonaba en mi cabeza, Toni dormía tranquilo con el sonido de la guitarra que estaba rasgando. Ayer habíamos ido a buscar las cosas que me habían quedado en el departamento y dejamos la llave al conserje para que se la entregue a la dueña. Oficialmente había vuelto a vivir con los chicos.

Respecto a Wos, Valen me llamó al otro día de hacer el vivo con Guido para ver cómo estaba yo le había dicho que iba mejorando poco a poco pero que probablemente no iba a volver a tocar durante un largo tiempo. Él me dijo que me tome las cosas con calma, que había propuestas para tocar en vivo pero que eso recién sería para cuando todo se normalice otra vez.

Pedro también me había llamado, según él me había mandado mensajes por Instagram pero que después se enteró de la situación cuando vió el recorte del stream. Me contó que estaba de novio y que quería que me enterara por él antes de que vea alguna foto por algún lado. Por llamada me hice la superada pero obvio que cuando cortamos lloré, lloré mucho. Sinceramente no podía creer lo reemplazable que podía llegar a ser, igual que podía esperar de Pedro que solo estuvimos unos cuantos meses si Patricio con quién compartí años no dudó en cambiarme de un día para otro.

Quisiera poder decir que estaba mejorando en cuanto a lo psicológico pero lamentablemente eso no era así. La psicóloga me había aumentado las sesiones a tres veces por semana y había empezado una evaluación para ver si me derivaba con un psiquiatra. Últimamente no estaba durmiendo de noche y me la pasaba el día entero tirada en la cama, eran contadas las veces que salía de mi habitación y prácticamente en todas era obligada por Guido. El rubio ya no sabía qué hacer para levantarme el ánimo mientras Patricio se mantenía al margen de todo y Gastón hacía lo que podía a la distancia, ya era bastante con molestar a Guido como para joderlo a Gasti que tenía que estar al cien para cuidar de su bebito.

Prácticamente no estaba comiendo, generalmente para el almuerzo estaba durmiendo y para la cena aprovechaba que los chicos estaban encerrados en el estudio o sus habitaciones durante el día para mentir que había merendado tarde. Por ahora se la estaban creyendo, o al menos Guido se la creía y con eso me era suficiente ya que Patricio mucho no se involucraba.

Patricio... últimamente no lo veía tanto por casa, supongo que el tiempo que estaba por acá se la pasaba en su habitación y cuando no estaba en casa debería andar con Melisa. Generalmente lo escuchaba llegar pasadas las siete de la mañana, muchas veces también estaba Guido dando vueltas por ahí y algo de lo que hablaban podía llegar a escuchar, es así como me enteré que la pelirroja vive mucho más cerca de lo que yo pensaba.

Toni levantó la cabeza cuando alguien salió al patio sacándome de mis pensamientos, Patricio pasó por el ventanal con un paquete de papas Lay ́s y el perrito saltó contento a recibirlo. Después de acariciarlo, señaló el lugar vació al lado mío y habló.

– ¿Puedo? – asentí con la cabeza y con toda la tranquilidad del mundo se sentó a mi lado.

Toni se acostó a mi lado, mi gran compañero. Siempre donde estaba yo ahí estaba él, no importaba si estaba llorando, riendo o componiendo, Toni siempre está. Y era increíble que se diera cuenta de todo, de cuando estoy mal o estoy bien. Incluso en aquella última etapa de la relación cuando discutíamos constantemente estuvo de mi lado, en las últimas discusiones muchas veces nos gritamos e increíblemente quien paraba la discusión era él con sus ladridos. Un poco culpable me sentía, desde que llegué no se había despegado de mí y cada vez que Pato lo llamaba, él no le daba bola y elegía quedarse a mi lado. Solo se despegaba de mi cuando lo venía buscar con la correa para su paseo diario. Sonreí y le acaricié la cabeza bajo la atenta mirada de Patricio.