Capítulo 3

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Mayo 2003, en un bar de Don Torcuato.

Tras mi espalda sentía la madera de la puerta del baño de mujeres, el cuerpo de Patricio hacía presión sobre el mío mientras que con sus manos me agarraba fuerte de la cintura y repartía besos en mi cuello y clavícula. Entre suspiros y como pude, hablé.

– Para Pato... – Suspiré sintiendo sus besos subir. Me agarró con una de sus manos la cara y me miró fijo. – Para tenemos que salir, nos deben estar buscando.

– No pasa nada Na, ya le avise a Cuti que los distraiga. – Dijo y volvió a besarme. Este chico me iba a volver completamente loca y esto estaba completamente mal. Como pude y con Patricio pegado a mi, mire la hora en mi reloj, doce menos diez de la noche. Diez minutos para mi cumpleaños y yo encerrada en un baño con el hermano de mi mejor amigo mientras mi novio estaba afuera tomando una cerveza con Gastón.

Como pude y contra mi deseo, aparté a Patricio y lo corrí a un lado. Me acerqué al espejo, tenía el pelo hecho un desastre y ni hablar del labial rojo todo corrido, con mis dedos empecé a acomodarme el pelo en un intento de desenredarlo. Sentía su mirada fija en mí, lo mire a través del reflejo y lo enganche escaneándome de arriba a abajo. Negué con la cabeza, seguí con el intento de acomodar el desastre que habíamos hecho y con un una toallita desmaquillante intente corregir el labial corrido. Pato aprovechó y se acercó a mí rodeándome con sus brazos y pegando su pecho a mi espalda.

– Basta Patricio, la tenemos que cortar. Federico se debe estar volviendo loco y a vos te debe estar buscando tu novia. – Hable dándome la vuelta quedándonos enfrentados. Tenía un poco de labial así que con la misma toallita se lo limpie.

– Mira, poco me importa lo que el boludo de tu novio diga y, sinceramente, Candela ya me está rompiendo mucho las pelotas. – Lo mire con cierto reproche en mi mirada, siempre hacía lo mismo: estaba dos meses como mucho con alguna piba que conocía por ahí, mientras me seguía buscando y yo como una boluda seguía cayendo.

Me di la vuelta dándole la espalda otra vez y guarde mis cosas. Me puse la cartera al hombro y encare para la puerta pero no logré salir porque Patricio me agarró del brazo y me tiró hacia él.

– Para para ¿ya te queres ir?

– Basta Pato, esto está mal muy mal. Vos tenes novia, o lo que sea Candela para vos, y yo estoy con Federico. Nos tiene que entrar eso en la cabeza y la tenemos que cortar. – Me miró sin expresión alguna.

– Para Na, te quería decir algo antes de salir. Te juro que la corto acá pero para. – Lo miré con intriga y volvió a hablar. – Feliz cumple loquita. – Sonrió y me abrazó. Yo me quedé quieta y solo reaccioné a devolverle el abrazo, sin dejarme decir nada se separó de mí y me acarició la cara. – Anda dale, te deben estar esperando en la mesa.

Abrió la puerta y salió sin mirar atrás. Lo vi irse del bar después de saludar a su hermano mayor con una palmada en el hombro. Me acerqué a la mesa y todos se tiraron encima para saludar. Gastón me abrazó y me dio un beso en la frente, mis amigas me abrazaron todas juntas y Federico, mi novio, me dio un beso corto en los labios para después desearme un feliz cumpleaños. Les sonreí a todos y agradecí por los saludos pero mi ánimo no era el mejor.

Patricio tenía ese no sé qué que me hacía perder todo tipo de cordura y bajo ese estado podía hacer todo lo que él me pidiera y más. Lo que había pasado en el baño era cosa corriente cada vez que nos juntábamos pero hoy era necesario poner un freno a esta situación. Y me dolía ser yo quien lo haya puesto porque estaba segura de que Patricio era el amor de mi vida pero ya era una situación que me superaba.

Agosto 2011, en las playitas de Olivos.

El sol me daba de lleno en la cara, estaba tirada boca arriba en el pasto sobre una mantita esperando al varón que dice ser mi mejor amigo. La última vez que nos vimos con Gastón fue en el aquel bar de Don Torcuato cuando festejamos mi cumpleaños número dieciocho, después de eso los hermanos Sardelli decidieron que era buena idea para desaparecer de la vida de todos y reaparecer como una banda de rock. Airbag cada vez se estaba haciendo más conocido, giras por Latinoamérica y Europa fueron las causantes de que perdiera contacto con mi amigo de toda la vida, el hermano que nunca tuve.

Pensamientos || Patricio SardelliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora