𝐅𝐀𝐌𝐀| Olívia Annenberg, más conocida como la hija de Clarice Annenberg, la estrella de cine que ha ido conquistando el mundo con su carrera. El apellido más conocido en algunos países y especialmente en los Outer Banks, el paraíso en la tierra.
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↳Olívia pov.
NUNCA VI A MI madre así y ella nunca me trató así, ¿por qué me oculta estas cosas? ¿Por qué tienes miedo de que vea papeles? ¡Eso no está bien, ella nunca me ocultó nada!
Pero lo dejaré así, no me preocuparé; como ella decía, "preocúpate por tus problemas". Entonces eso voy a hacer... aunque ella nunca me habló así, me sentí culpable por haberla cuestionado tanto. ¡Pero maldita sea! Nunca fuimos así, claro que me importaría. ¡Años de solo ella y yo para que de repente decidiera alejarse de mí por completo y de repente me tratara como nunca antes!
—¡Solo danos una cerveza, mierda!—escucho a alguien gritar en el campo al lado de la figura 8, reconozco esa voz... ¿Topper?
Me acerco a los campos de golf y veo a Rafe y Topper peleando y empujando al suelo a un chico de piel oscura, haciéndole soltar todas las cosas que tenía en la mano. Creo que es un pogue y sólo está trabajando. ¿Qué le están haciendo estos niños?
Me escondí detrás de la hierba alta y miré con calma, de hecho, ¡desesperada por ver esta horrible escena!
—¡Mierda! Fue un mal hombre—dijo Topper estando él ya en el suelo, está herido, le sangra la cabeza. ¡Están realmente locos!
Rafe se acerca a él y este se levanta desesperado por salir de allí. El moreno se levantó e intentó golpear a Rafe, pero este lo esquivó y levantó el palo de golf, golpeándolo en la espalda, ¡haciéndolo caer al suelo nuevamente!
—¡Oigan! —grité por impulso, tapándome la boca con las manos para que no me escucharan. ¿Rafe? ¿Por qué está haciendo esto? ¡Tengo que hacer algo!
—¡Rafe, para!—gritó Topper.
—¡Quédate ahí arriba!—gritó Rafe mientras Topper intentaba alejarlo del chico en el suelo—¿Lo estás defendiendo?
Rafe dio un fuerte grito, levantando nuevamente el bate, salí de detrás del pasto alto y me coloqué frente a él, dejando al moreno en mi sombra.
—¡Cameron! ¡Para con eso!—grité poniéndome la mano delante de la cara por miedo a que me golpeara.
