𝐅𝐀𝐌𝐀| Olívia Annenberg, más conocida como la hija de Clarice Annenberg, la estrella de cine que ha ido conquistando el mundo con su carrera. El apellido más conocido en algunos países y especialmente en los Outer Banks, el paraíso en la tierra.
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↳ olivia pov.
KRISTEN. Kristen muriendo frente a mí tratando de redimirse por todo lo que hizo, nunca imaginé que Kristen estaría involucrada en algo así. De hecho, no creo que deba confiar más en nadie después de todo esto...
A pesar de todo lo que hizo, Kristen no merecía un final así, y es más, si no fuera por ella no sabría nada de mi vida. No la culpo y nunca lo haré.
Sus últimas palabras son "perdóname", y yo he perdonado por mucho menos que eso... Kristen no merecía esto, e hizo lo que hizo por su hija. Debido a que Singh la sacó de la pobreza extrema, lo hizo por amor y por el bien de su hija. Y ahora entiendo lo que el amor de una madre puede hacer. Y además, no culpo a mi madre por todo esto, aunque estoy sufriendo todo esto por su culpa, no la culpo.
Estoy molesta, estoy nerviosa. Ya no puedo vivir así y después de la muerte de Kristen, todo llegó a su punto máximo para mí. No me voy a quedar aquí y no voy a aceptar más todo lo que Singh quiere hacerme.
Sigo en la habitación, donde no lo dejo por nada, y hoy es el último día para darle una respuesta a Singh.
Y ya sé lo que es.
Me levanto de la cama y corro hacia la puerta del dormitorio, golpeándolos con fuerza y gritando, tratando de llamar la atención de Singh o de uno de sus secuaces. Después de ayer, realmente no me quedaré aquí.
Sigo golpeando fuerte la puerta, pateándola y golpeándola, gritando fuerte hasta que alguien abre la puerta.
—¡AYUDA!—grité, todavía tocando la puerta y escuché pasos acercándose a la habitación.
Regresé cuando escuché que se abrían las cerraduras y esperé a que alguien entrara, cuando uno de los hombres entró, salí de detrás de la puerta y le rompí el florero en la cabeza haciéndolo desmayarse en el suelo.
Nunca usé un arma, pero no lo pensé dos veces antes de agarrar la pistola de su cintura y correr por la casa.
Recorro las habitaciones tratando de encontrar alguna salida a los portones, y finalmente, atravesándola, encuentro la puerta principal de la casa. Por increíble que parezca, ninguno de los guardias de seguridad está aquí, ni siquiera Singh. ¿Debería preocuparme porque estoy siendo demasiado fácil? No me importa lo que sea, simplemente sigo corriendo, mientras sostengo el dobladillo del hermoso vestido rojo que llevo, mientras sostengo el arma en mi otra mano.
