Cindy amaba su trabajo, pero no podía decir lo mismo cuando su jefe tenía una agenda apretada. En esos días atareados copiaba su actitud, pensando que tipo de cosas estaría analizando su jefe para adoptar su postura. Era muy difícil igualar sus comentarios, que inconscientemente le hacían daño a los demás, pero se sentía bien mirar por encima a las engreídas modelos omegas que creían que por ser beta no tenía ninguna valía.
El nombre de la persona responsable de su dolor de cabeza se llamaba Sheila Smith, la diseñadora de modas más importante de la empresa. Parecía muy cordial y querida, pero no aguantaba ni un solo error en el ámbito profesional, de modo que no sorprendía que un alto porcentaje de modelos omegas no tuvieran hijos. Sheila parecía estar tan obsesionada con la talla perfecta que nadie se atrevía a perder su cuerpo por un cambio hormonal. Podían ser omegas y tener un instinto muy marcado, pero eso no les daba de comer.
La rubia había enviado a Lior una carpeta con diseños que él, después de mirarla, había entregado a las siete modistas de GFG company. Cinco de ellas eran omegas y las otras dos alfas, las ultimas muy insípidas mientras que las primeras solo emocionadas de ver a su ídolo –el omega pelinegro de alta estura y bellos ojos, Lior Conte- en vivo y en directo.
Lenoxx tenía la leve idea de que había muchos omegas en el mundo enamorados de Conte. Podían solo serlo de su figura pública, pero él era algo tan fuera de lo común, que no creía descabellado la existencia de omegas abandonando a sus alfas solo por la fantasía de tener a Lior a su lado.
Su jefe no tenia facciones andróginas como los omegas que abundaban hoy en día, pero a todos les parecía atractivo como a pesar de ser verse tan delicado, tenía un rostro varonil. Si algún día decidía cortarse el cabello que ahora le llegaba al cuello, pondría totalmente loco al mundo.
Su magia no llegaba a escandalizar a los betas como ella, pero estar a su lado se sentía tan bien que no renunciaría ni aunque se enfermara por trabajar tanto.
—Si tienes tanto tiempo para estar ahí holgazaneando, tal vez sería bueno que empezaras a entregarme tu renuncia Cindy.
Sacándola de su línea de pensamientos, la beta se levantó de su asiento y se pegó a su cadera como siempre hacía. Después de entregarle la carpeta a las modistas, ellas tenían el tiempo suficiente para hacerlo. No necesitaban supervisión de nada, toda la información se encontraba en la carpeta y en las correcciones que había dado Lior, de forma que si cometían algún error, ya tenían los dos pies en la calle.
Él solo miraba cuando la prenda vestía a la modelo, y de acuerdo a como se viera, despedía a alguien al azar o seguía con el punto dos de la lista. Ese era el día en el que las modistas habían terminado y yacía en la sala una fila de tiesos y famélicos modelos esperando aprobación.
Sentado sobre un sillón blanco, con las manos en el reposabrazos y el tobillo sobre la rodilla, Lior escudriñó el pequeño desfile. Las mujeres alfas estaban más serenas, seguras de si mismas y de su trabajo, al contrario de las omegas que solo querían el halago del hombre.
—Chica—llamó de pronto, sobresaltando tanto a la modelo como a Cindy. Lior se levantó y agarró con delicadeza sus hombros—. Date la vuelta.
La hizo girar, caminar, y luego le agarró el cuello de la camisa.
—¿Quién se encargó de esta pieza? —Una de las alfas alzó la mano, de pronto consiente de que a pesar de su 'posición' podría ser sermoneada por un omega—. Esto no es igual al dibujo que hizo la diseñadora.
—Lo sé —contestó, ajustándose los lentes la joven—. Lo cambié porque pensé que se vería mejor.
—¿Eres diseñadora acaso?
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Dominio Omega [Omegaverse BL]
RomanceBlair es un alfa que juega con los corazones de los omegas tratándolos como simples juguetes, sin embargo, cuando decide convertir al omega y CEO de una prestigiosa empresa de moda, Lior Conte, en su objetivo, se enreda en una lucha despiadada por o...