—Lo intente, pero siempre terminamos peleando.
—Debe ser el embarazo, de seguro se le pasa.
Suspirando, el hombre en cuestión alzó el vaso de whisky hacia sus labios. Dagmar estaba expectante a sus servicios, inmóvil y serena.
—¿Nos traes más whisky nena? —Dagmar se apresuró a cumplir—, y un paquete de cigarrillos también.
—Estás muy ansioso, Jimmy —dijo Tom, que irónicamente fumaba empedernidamente—, pero hey, anímate, checa a ese hombre de allá.
Señalando una parte alejada de la mesa, los presentes vieron a un hombre pelirrojo de oscurísimo traje oscuro. Su rostro no se alcanzaba a ver, pero yacía sobre su espalda una oscura aura.
—Se supone que está es una reunión de negocios, pero míralo ¡esta apartado de todos!— exhalando el humo entre risas, Tom agregó—: ¿Quién reúne a sus socios en su propia casa y luego se aparta? La pobre criada también está muy confundida.
Los dos alfas voltearon a verlo. Blair estaba arrellanado en un sillón negro con un vaso de whisky en su mano. Su ancha espalda resultaba intocable, como un muro difícil de escalar, y su mano sobre la frente lo hacía ver meditativo, como si estuviera reflexionando sobre algo importante.
—En serio que mala educación —rezongó el hombre. Su amigo fumador se alzó de hombros—, ¿y si lo llamamos?
—No, déjalo en paz. Debe tener problema con esos.
—¿Esos?
—Omegas —respondió Jimmy—. Ni más ni menos. ¿Quién más que ellos podrían alborotar tu cabeza?
—Señor, aquí tiene lo que pidió.
Dagmar hizo entrega del vaso con hielo, los cigarrillos, y se acercó tímidamente a Blair, que seguía sin decir palabra. El hombre la miró de vuelta, le pidió que se llevara su bebida y no pidió nada más.
—...Me preocupa que esto pueda intervenir en los negocios.
—No se preocupe.
La atronadora voz de Stephenson llamó la atención de los presentes. Tanto los dos que cuchicheaban como otra persona voltearon a verlo.
—Perdone el comportamiento de mi jefe, pero le aseguró que no supondrá problemas.
—Vaya, que confiable —ironizó Margareth, una mujer alfa que estuvo callada todo este tiempo— Supongo que tendremos que esperar.
El pelinegro se subió los lentes. Había estado todo este tiempo cerca de la mesa esperando desde que llegó, pero ni siquiera mirando a Kollmaan había logrado que volteara a verlos. Simplemente había estado ahí cuando llegaron y seguía viendo la pared de su sala fijamente.
—¿Sabes qué le sucede? —preguntó Jimmy, olvidando la anterior conversación sobre su esposa embarazada.
—Ya te dije —interrumpió Tom, mientras que exhalaba el espeso humo del cigarillo y lo apagaba para seguidamente sacar otro— Está ocupado pensando en-
—No es seguro decir eso, señor —Stephenson sacó un encendedor de su bolsillo, lo prendió y se lo tendió al buen hombre—. Como digo, le agradecería si dejara de dudar de mi jefe.
—¿Por qué hablan de mi como si no estuviera?
Acercándose al centro de la mesa, el pelirrojo se sentó en la esquina derecha, donde su silla descansaba vacía. A pesar de su postura, estaba sonriendo ligeramente.
—Perdonen mi tardanza, estaba meditando unas cosas.
—Menos mal, porque ya pensaba ir a traerte de la oreja —Margareth se humedeció el dedo con saliva y pasó la página de la revista que leía—. ¿Podemos comenzar ya?, debo recoger a mi niño dentro de una hora.
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Dominio Omega [Omegaverse BL]
RomansaBlair es un alfa que juega con los corazones de los omegas tratándolos como simples juguetes, sin embargo, cuando decide convertir al omega y CEO de una prestigiosa empresa de moda, Lior Conte, en su objetivo, se enreda en una lucha despiadada por o...