Capítulo 28

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Al salir del lugar, Blair vio el auto apeado con su chofer, que por suerte era beta. A grandes zancadas se acercó y metió el débil cuerpo de Lior, pero dentro de la oscuridad del vehículo, unos brazos se afianzaron a su cuello.

—Está bien —arrulló Blair. Su nariz estaba cerca de su cuello y empezaba a picar un poco por el uso de la crema—. Vamos a casa ¿si?

Acomodándolo sobre la silla, Conte agarró la camisa de Blair y lo miró fijamente. Los luceros dilatados del omega estaban oscuros y su pequeña boca abierta. El pelirrojo podía ver, con ojos entrecerrados, la espesa saliva que se pegaba al paladar de Lior. Apartando la vista, el alfa apretó la mandíbula y asió tímidamente los dedos que lo mantenían sujeto. Sus pantalones empezaban a apretarse.

—Llévatelo a la dirección que te mando Stephenson.

Blair se alejó presuroso. Quería agarrar aire fresco de donde pudiera porque sus mejillas se encarnaban profundamente. Los colmillos que tanto se enforzaba en ocultar empujaban contra sus labios. Había estado tan cerca.

—Llámame cuando llegues.

Luego de recibir el asentimiento del chofer, el pelirrojo se apoyó sobre una columna del edificio. Su sangre hervía. Cuando lo tuvo entre sus brazos había sentido su dulzura y su ternura otra vez, y realmente Lior no era consciente de la clase de autocontrol que había ejercido él para no sucumbir a los deseos internos de su mente. Desaprovechándose la corbata, sus dientes apretados entre si empezaron a tronar...su boca era tan pequeña.

Respirando profundo, Blair apretó la columna hasta que sus venas saltaran por todo su brazo...su lengua era tan rosada. Sacudiendo la cabeza, hizo memoria sobre lo que había visto hace unos momentos y soltó el aire. Si la excitación era un poderoso sentimiento, el odio lo era aún más.

Regresando al hotel, el pelirrojo volvió al cuarto y se encontró con Gustav encima de un charco de sangre. Su rostro parecía repulsivo. Haciéndole señas a sus hombres, uno de ellos confirmo que estaba vivo.

—Bien, quiero que me contacten con el jefe de este hombre y lo pongan en línea, necesito hablar con él.

—Sí señor.

—Y por el cuerpo, dile a Noah que se encargue.

*

*

—Él estará bien.

La voz del doctor tranquilizó a Blair y a Bretta. La mujer se había quedado despierta por lo que había sucedido y a las diez de la noche recibió en su puerta a un hombre que llevaba a Lior a cuestas.

Cuando lo vio estaba tan febril y débil que se dio cuenta que estaba en su celo solo con verlo. Confundida lo llevó a su habitación y luego recibió la visita de un doctor. Aunque no confió al principio, se dio cuenta que era Blair quien lo había traído y dejo que entrase.

—Le hicieron tomar una droga que induce el celo. —El pelirrojo dirigió su mirada hacia la cama. El cuerpo de Lior yacía sobre las suaves sábanas y respiraba lenta y suavemente. Bretta también le cambio el vestuario. —No sé cómo obtuvieron algo como eso. Su venta es ilegal.

—Lo sé —Kollmaan se recargó en una silla y subió una pierna por encima de su rodilla. Su brazo descansaba en el respaldo—. ¿Tiene algún efecto secundario?

—No porque fue una sola dosis, si hubiese tomado más posiblemente se hubiese dañado todo su ciclo de celo.

—... ¿Despertará pronto? —preguntó Bretta, sosteniendo el mandil de su uniforme. El doctor titubeó.

—No lo creo. El agotamiento físico y mental lo obligara a dormir toda la noche y quizás la mañana del siguiente día... pero él estará bien, no se preocupe.

Dominio Omega [Omegaverse BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora