Capítulo 48

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Capítulo desde la perspectiva de Blair

*

Anoche soñé con Lior. Me pareció verlo mirando a través de una ventana, plácido y sereno. La luz del sol le iluminaba la lisa frente, con una línea nítida que delineaba sus turgentes labios. Cuando me encontró en el camino, esbozó una sonrisa y se apresuró hasta la entrada de la casa, esperando nuestro encuentro.

Entonces, en ese mismo instante en que los pies de Lior tocaban la acera, a medias con ternura y con cariño, nos abrazamos firmemente. El fantasma de su cuerpo, que yo recordaba bien su forma luego de haberlo tocado en el percance del parque, me apretaba con anhelo. Nosotros, con las mejillas calientes una sobre la otra, permanecíamos así un largo rato.

Luego, al despertar, añoraba, buscaba y deseaba, que al otro día se volviese a repetir el incidente, la ocasión, mi afán por tenerlo entre mis brazos.

*

*

Sabía que Lior no estaba bien cuando llegue a la reunión. Nuestro poco tiempo juntos me había enseñado muchas cosas sobre él, que, por mi esfuerzo en alcanzarlo, aprendí. Reconocía su desconcierto, su ira, su felicidad y su gratitud, y sabia, en silencio, que su expresión no era la misma que vi la última vez que estuvimos juntos.

De su rostro se veía una rígida máscara, fría e inexpresiva, pero diferente a lo normal. A veces cuando Lior hablaba la voz se le doblaba, pero nadie se daba cuenta, incluso Cindy, porque él era bueno ocultándose. Si las esquinas de sus ojos se ponían rojas y la mano le temblaba, la máscara no tambaleaba, no se movía, no se rompía.

Esperaba que todos se fueran para acercarme, porque incluso si no lograba aliviarlo, él contaba incondicionalmente conmigo. Sin embargo, por la forma en la que me vio en el momento en que cruzamos mirada, entendí que no había manera de que pudiera esperar.

—¿Quieres ir por un café? 

En ese momento, sus ojos me miraron en forma de súplica y me hundí, rápidamente, en todos mis deseos desbordantes. Esperaría, lo estaba haciendo, pero no era tan fuerte, realmente no lo era.

Cruzamos los pasillos del lugar y nos asentamos en una cafetería, que como iba a ser normal estaba repleta de personas. Nuestra presencia se convirtió en un espectáculo para todos, pero como el rostro de Lior palidecía, y su máscara continuaba colgando de su cara, la gente a nuestro alrededor se apartó de nuestro camino y nadie volteó a vernos.

—Vi las fotos que me enviaste.

Me sorprendió que Lior empezase la conversación, pero solo imaginé que se trataba de la pesada ansiedad que nos unía. Él anticipaba mi pregunta.

— ¿De quién fue la idea?

—Virginia —dije—. Al principio Sami se negó a tener un perro, decía que nadie remplazaría a Hoppy...luego vio al cachorro y lo aceptó sin dudar.

—Me alegro por ella.

Vimos una mesa vacía, y  cuando nos sentamos el camarero vino rápidamente por nuestros pedidos. De nuevo, me di cuenta que Lior pidió algo dulce, pero no creía que él fuese de ese tipo. Imaginaba que comía cosas refinadas, sin calorías o azúcar agregadas. Hoy me estaba mostrando algo interesante.

—¿Y tu madre? —Él actuó natural. Puso la muleta a un lado, colocó el brazo sobre la mesa y me miró, imperturbable—. ¿Cómo le fue en el viaje?

—Bien. 

Buscando en su bolsillo, Lior asió una caja de cigarrillos y se metió uno a la boca, luego en busca del encendedor, noté que su mano temblaba.

—No se dio cuenta de lo que sucedió con Hoppy.

—¿Hubiera sido un problema si se enteraba?

—Bueno...

Dominio Omega [Omegaverse BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora