En silencio, una multitud de hombres enhiestos y expectantes, escuchan a Lior disculparse. Patrick, que guarda la vergüenza solo para que hijo sea partícipe de toda la culpa, lo mira fijamente. Las palabras deferentes del omega alimentan el orgullo de los alfas. Las personas a su alrededor actúan modestas, pero por dentro se regocijan de su error. Ha fallado.
—¿Es esto una disculpa? —Dice uno. Por lo que se ve, su edad roza la de Patrick, pero su actitud es prepotente y ufana—, ni siquiera nos da la cara.
Hay un murmullo colectivo del cual Blair no participa. Se encuentra esperando que acabe, esperando a irse de ahí. Lior se queda inmóvil, pensando sobre si su mayor castigo es mostrar la cara o si, al contrario, es lo que se merece.
Luego de un rato, un poco resignado, el pelinegro alzó la mano hacia su rostro y hace amago de quitarse las gafas oscuras. Esperan ver su semblante de derrota en su frívolo rostro, pero eso no llega a pasar.
—Es una disculpa —interrumpe Patrick, en lo que parece un ensordecedor gruñido. El omega se queda quieto pero las manos le tiemblan sosteniendo el marco de los lentes—, es lo que importa.
Se sintió como un acto de amabilidad, pero Lior lo vio como algo improcedente. Bajando la mano, el omega miró el rostro del alfa que lo había influenciado. Su cara estaba pálida de indignación.
—Gracias por haberme escuchado —dijo Lior— ...me ocupare de arreglar todo esto por mi cuenta.
Recelosos, los alfas bufaron y se levantaron de su silla. Pensar que el dinero del chantaje había venido de una empresa de la que habían invertido tanto no era, a decir verdad, una gran perdida, no obstante observar que no podían derrumbar al flemático Lior era lo que les fastidiaba. Algunos guardaban indiferencia, pero otros se mostraban curiosos en busca de un punto de inflexión del cual aprovecharse.
Retirándose de la sala, Blair era uno de esos alfas que no les interesaba nada. En su mente, el pelirrojo reconoció con satisfacción que estaba bien. Observar a Lior se sintió neutral.
Una deliciosa frialdad se apoderó de su cuerpo cuando lo vio, y eso era todo.
*
*
—Tiene una llamada.
A pesar de lo que se había propuesto Blair, sobre no volver a la empresa del omega por un tiempo, Stephenson le avisó que había una reunión dentro de una semana. Como las cosas del trabajo estaban ajetreadas y no tenía la disposición para ir, le dijo que esta vez faltaría. Al rato, el alfa pelinegro volvió a repetir:
—Dice la asistente del CEO que es importante —avisó, tendiéndole el teléfono—. Tómelo.
Sacudiéndose el cabello, al escuchar la voz de Cindy al otro lado, una resolución vino a la mente del pelirrojo.
¿Por qué debía negarse?, ¿acaso involucraba sus sentimientos con el trabajo?
—Señor Blair, entiendo si no puede venir —Oía al otro lado; voz protocolaria—, pero mi jefe tiene un mensaje muy importante que decir. El señor Patrick estará presente y...como usted es el que ha estado más comprometido, me parecería pertinente que asistiera.
Con comprometido se refería a que siempre estaba pululando a los alrededores, cosa que Kollmaan entendía muy bien. Las palabras de la asistente de Lior le parecían superfluas y vacías (cuando podía explicar todo lacónicamente, sin compromisos u opiniones)
—Iré —pero aun así, se decidió—, estaré ahí.
Le parecía que su trabajo como accionista no era obligativo, faltar a una o dos reuniones no era mucho que perder, sin embargo su propio orgullo le decía que no ir por un sentimiento tan ambiguo como el que sentía era un error fatal.
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Dominio Omega [Omegaverse BL]
RomanceBlair es un alfa que juega con los corazones de los omegas tratándolos como simples juguetes, sin embargo, cuando decide convertir al omega y CEO de una prestigiosa empresa de moda, Lior Conte, en su objetivo, se enreda en una lucha despiadada por o...