Capítulo 49

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—¿Va a salir señor?

Volteando a su derecha, Lior extendió su mano por el lomo del gato, que estaba tendido en su regazo, y lo acarició.

—Sí, no sé a qué hora regrese.

—¿Necesita que llame a Gregory?

—Por favor.

Aunque Blair se ofreció a recogerlo, Lior se negó de inmediato con la idea de que verse seria continuar la conversación que habían dejado inconclusa. Ellos iban a hacerlo, Lior le contaría lo que pasaba, pero si se veían tan pronto se pondría nervioso...realmente ansioso.

Quitando el gato de su regazo, el omega miró la hora y luego a si mismo. ¿No estaba muy informal verdad? Lior no recordaba lo que era salir de noche y mucho menos la inquietante sensación de no saber que pasaría. Hace tan solos unos meses sufría en silencio, maquinaba planes, buscaba tener la atención de alguien a quien el nombre ni siquiera quería recordar... en estos momentos, sin embargo, realmente no le importaba nada.

Mirando su reflejo en un espejo puesto en la sala de su casa, el pelinegro alisó hacia atrás un mechón de pelo que le caía sobre la frente y notó a Bretta detrás de él, debajo del umbral de la puerta.

—Si me lo pregunta, se ve muy bien el día de hoy —dijo ella, esbozando una cálida sonrisa—. Gregory lo espera afuera mi señor.

Lior regresó la vista al frente y se ajustó el cuello de la camisa. Cuando estuvo satisfecho con su apariencia, ignorando el yeso que todavía cubría su brazo y pierna, empezó a imaginar el tipo de lugar al que irían Blair y él. El hombre pelirrojo no le dio detalles cuando pregunto, aunque no era necesariamente un conflicto suponiendo quién era. Lo que pasaba más bien, admitiendo que estaba un poco receloso al respecto, era que Lior esperaba que el alfa se vistiese bien. Ya lo había visto sin traje, y no tenía quejas porque fue en un parque donde se vieron , ¿pero una cita con él?

El omega entrecerró los ojos. ¿Una cita?

—Señor, oí que va a salir —Al escuchar la voz de Samantha, Lior giró el rostro hacia ella. Fue inevitable no ver su estómago sobresaliente. Cada semana que pasaba ella tenía el rostro más redondo—. ¿Le espero con la cena o-

—No es necesario —interrumpió Lior—. Apúrate y duerme temprano. No quiero verte esperándome hasta la madrugada.

La muchacha asintió, desviando sus ojos al reloj que llevaba en la muñeca el pelinegro.

—Su reloj está adelantado señor —avisó Clair, sacando su móvil del bolsillo—. Una hora exacta.

El omega frunció el ceño y se quitó el reloj Cartier, dejándolo encima de la mesa.

—Antes de que se vaya señor, ¿podría revisar la lista de los víveres?, mañana en la madrugada iré a comprar.

—Que sea rápido.

—Sí señor, espere yo busco la lista —Samantha sacó de su bolsillo una hoja pero esta se cayó al suelo. Antes de apresurarse a recogerla, Lior agarró a la rubia del brazo y negó.

—No, deja que yo lo haga.

Avergonzada, ella se quedó en su lugar mientras que el hombre recogía el pedazo de papel. Cuando se lo tendió, Lior le dirigió una severa mirada.

—Ten cuidado al salir mañana —advirtió—. Le  diré a Gregory que te acompañe.

—Pero-

—Está decidido.

Agarrando su muleta, el hombre se encaminó a la salida y Clair se apresuró lo mejor que pudo a abrirle la puerta. Cuando vio a Lior bajar la escalinata y cruzar el sendero, Samantha se tendió sobre el umbral y sonrió.

Dominio Omega [Omegaverse BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora