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El Expreso de Hogwarts se deslizaba suavemente por los rieles, era completamente diferente al tren que teníamos en mi hogar. Llevaba a demasiados estudiantes abordó, al que sería el hogar de mucho incluyéndome por todo un ciclo escolar. Era atemorizante. Yo veía por la ventana, aunque las vistas eran hermosas nada se comparaba con mi hogar. No se si podré resistir todo este tiempo.

—Ya casi llegamos al castillo, deberíamos cambiarnos.

Fue lo que dijo Bill, logrando que me centrara de nuevo en el y mi nuevo amigo Charlie.

—¿Donde están los baños?

—Estarán repletos, cerremos las persinas, Charlie y yo salimos te cambiar y luego nosotros.

—No tengo problema.

Eso hicieron, lo hermanos se retiraron y yo me cambié lo más rápido que pude con el uniforme, lo único que no pude ponerme fue la corbata, creo que así me dijo mi madre que se llama.

Abrí la puerta dejando que ellos pasaran.

—Me pueden ayudar?

Les pregunté mostrando la corbata.

—Claro, pon cuidado.

Bill se acercó y me la colocó explicándome pasó a paso

—Char, espero que aprendieras como se pone,

—Pensé que me ayudarías.—le dijo el viendo a su hermano.

—Claro que lo haré.

Yo salí y espere a que estuvieran listo. Cuando el compartimiento fue abierto Charlie estaba igual que yo y Bill tenía una corbata roja.

—¿De que casa eres?

—Gryffindor.—me respondió orgulloso.—Toda mi familia ha ido a esa casa.

—Gryffindor.—Saboree el nombre.—Mi padre perteneció a esa casa...

—¿Que le pasó a tu padre?—Pregunto con cuidado Charlie.

—Mi madre me dijo que murió, en manos de al que ustedes llaman Voldemort...

Bill y Charlie pusieron una cara de horror.

—Nosotros lo llamaos ahora el que no debe ser nombrado.—Dijo Charlie viéndome.

—Le deben temer mucho.

—Tu también le tendrías miedo si escucharas las historias que cuentan.—Dijo Bill indignado.

—No los quise ofender, solo a que no creo que a una persona que se crió con dragones y tiene tres, le den miedo muchas cosas. A veces siento que perdí el miedo mientras volaba por primera vez.

Charlie decidió cambiar el tema.

—Me encantaría volar un dragón.

—Es algo mágico y fascinante.—Le asegure.

El tren se movió y frenó en un movimiento brusco.

—Hemos llegado.—Dijo Bill.

Tome mi mochila, pero me di cuenta que bill y Charlie no lo hicieron.

—¿No tomarán sus cosas?

—Tranquila Anika, aparecerán en el castillo.

No estaba muy segura pero le hice caso a los hermanos.

***

El castillo era fantástico, mostraba magia en todas partes era mucho más a mi hogar. Pero lo que más me encantó fue el comedor por donde íbamos detrás de la profesora de la casa Gryffindor (que no recuerdo su nombre solo se que empieza con M) y muchos chicos de primer año.

—Cuando llame su nombre, vendrán y el sombrero elegirá su casa.

Empezaron a llamar, el orden no tenía en realidad ningún orden, solo se que no le puse cuidado a ninguno solo a uno.

—Weasley Charlie.

El y yo nos vimos un momento, le di una sonrisa breve y el camino hasta la silla. Le colocaron el sombrero y se veía muy divertido.

—Otro Weasley, que hare contigo....GRYFFINDOR.

Charlie bajo feliz hasta donde su hermano que lo aplaudía con mucho ánimo.

Yo espere,
Y espere,
Y espere.

Hasta que no quedaran más niños que llamar sólo yo, la profesora que ahora se que se llama minerva mcgonagall, me vio y me llamo.

—Dragonste Anika.

Debo reconocer 2 cosas.

1. Pronunció muy mal mi nombre.
2. Parece que mi apellido o yo somos muy conocidos, se escuchaban murmullos por todas partes como "es de mundo elemento" "no es de aquí" "es la que doma los dragones" "ella sale en el periódico"

Me senté con cuidado y cuando me colocaron l sombrero me tapó un poco la vista. Pero sentí como si me hablaran dentro de mi...pero no, hablaba para todo el comedor.

—Una Elementalista entre nosotros...curioso, invocas el fuego y fantástico, la domadora de dragones más jóvenes le haces honor a tu ancestro, haber que más, que más...tienes 3 dragones Viserion, Rhaegal y Drogon hermosos nombres y poderosas bestias.

—Mis dragones no son bestias.—Le dije lo suficiente alto para que todos me escucharan.

Sentí que mis ojos se había encendido en llamas, pero no mi cuerpo solo mis ojos, agradecía que estaba cubierta por el sombrero.

Sentí que mis ojos se había encendido en llamas, pero no mi cuerpo solo mis ojos, agradecía que estaba cubierta por el sombrero

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—Que hare contigo, eres tan perfecta en cualquier casa, pero en la que te ponga tendrá un destino diferente para ti...

Pensé una simple cosa, "quiero estar en la casa de papá"

—Perfecto...tu casa es GRYFFINDOR.

La mesa de mi nueva casa aplaudió, apenas me quitaron el sombrero todos se quedaron callados y me veían a los ojos, con la mirada de todos encima me senté al lado de Charlie  y le pregunté en susurros.

—¿Que me miran?

—Tus ojos.

El no parecía asustado, parecía asombrado y me recordé. Parpadeo y mis ojos volvieron a su color natural. Buena manera de comenzar todo.

𝔐𝔦 𝔠𝔥𝔦𝔠𝔞 𝔣𝔲𝔢𝔤𝔬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora