El tiempo se había detenido para mí desde aquel día en que la perdí. La noción del tiempo se perdió. Si no fuera por mi manager y mejor amigo yo estuviera jodido. Habría muerto hace tiempo. ¿Alguna vez han sentido esto? ¿Esta impotencia? Me siento como un robot. Desde que ella se durmió...mi corazón lo hizo con ella. Tomé mi guitarra, mientras tocaba una nueva canción que le había escrito a mi Julieta. No era un hombre que lloraba, pero desde hace más de dos años lo único que hacía era llorar todas las noches. La extrañaba como un loco, y solo Dios sabe las veces que le había rogado para que la despertará...sé que lo haría...y esperaba con ansias ese momento. Encerrado en nuestra casa, la veía por todas partes. Venía a mí como un hermoso fantasma. La amaba.
Mi teléfono sonó interrumpiendo mis pensamientos. Lo ignoré...pero sea quien sea estaba insistiendo tanto. Así que sin ver, contesté.
- Nate Díaz –contesté-
Hubo un silencio.
- ¿Bueno? ¿Quién habla?
Nadie respondió, pero pude escuchar una respiración.
- ¿quién habla?
Pero esta vez...me colgaron. El número no aparecía, era privado. Al parecer era momento de cambiar mi número otra vez. Dejé el teléfono. Esperaba noticias de Julieta como cada mes, su madre había accedido a darme un informe de ella mensualmente. No fue fácil pero sabía que haría cualquier cosa por saber de ella, así que accedió. Este mes no había llegado informe y eso me tenía inquieto. Suspiré y fui a mi habitación en busca de mi libreta de canciones. No había sacado disco en dos años, y mi disquera demandaba ya uno. Pero simplemente no podía ¿cómo hacerlo? Julieta estaba al otro lado del mundo, en una cama sin reaccionar ¿y yo? Despierto, viviendo. Yo merecía estar en esa cama, yo merecía todo dolor, merecía esta sobra que llevaba conmigo. Me merecía lo peor, sin embargo, aquí estaba. Vivo, viviendo, sin ella. Pero ese era mi karma. Estar sin ella. Mis ojos se llenaron de lágrimas nuevamente pero esta vez las limpié. Tenía escrita 12 canciones y todas eran sobre ella.
Aunque tan solo con hacer pública alguna canción me daba miedo. Y me daba asco ¿cómo haría esto sin ella? ¿Cómo malditamente podía seguir vivo sin ella? ¿Cómo, dios mío? ¿CÓMO?
Mi teléfono sonó otra vez ¡Maldita sea! Era privado.
- ¿Quién habla? – contesté enojado-
Hubo un silencio.
- En serio, voy a colgar.
Esta vez escuché un suspiro desde la otra parte.
- Hola.
Cerré mis ojos, mientras su voz viajaba se expandía por mi cerebro. Una electricidad corrió por mi cuerpo y mis rodillas se doblaron. Morir y vivir. ¿Esto era un sueño? Dios mío! La alucinaba por todas partes...hasta en mi teléfono...ella...
- ¿Julieta? –logré formular con un nudo en mi garganta -¿Julieta? ¿Mi amor? ¿eres tú?
Hubo un chasquido, colgaron de nuevo. Y sentí morir nuevamente.
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Sí era Julieta ¿no? :)
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Mi pequeña Obsesión
Teen FictionJulieta Briz una chica de 17 años, a punto de entrar a la universidad, es una chica muy alegre, y cariñosa, aparte de hermosa. Como toda chica de su edad, tiene un amor platónico; Nate Días. Pero últimamente Julieta ha estado sobrepasando su nivel d...