Pasaron tres meses desde aquel encuentro en la casa que Nate tenía en mi ciudad, hace tres meses que manteníamos una relación en secreto. Podría decir muchas cosas al respecto, hoy me encontraba rumbo a una excursión a un museo en california, bueno, al menos eso creía mi papá. Quizás tres meses es muy poco, pero fue el tiempo suficiente para que yo terminara de estudiar en la prepa, y solo estuviéramos haciendo viajes de fin de curso. Pero en realidad, me dirigía a otro lugar, al lugar donde Nate estaba grabado su nuevo álbum, no muy lejos de Portland. Y ha pasado un mes desde que terminé mi relación con Charles. Había sido difícil, porque él me quería, había sido difícil por mis padres, pero había sido tan liberador. No podía seguir engañándola, él merecía algo mucho mejor que yo. Mi lugar siempre había sido a lado de Nate.
Ni siquiera sé que haría o donde estudiaría la universidad, aun no estaba segura de lo que quería, es imposible que te hagan escoger muy joven lo que vas a estudiar y trabajar el resto de tu vida.
El piloto sacándome de mis pensamientos, me dijo que asegurara bien mi cinturón, era la hora de aterrizar. Mis entrañas se apretaron de la emoción, había visto a Nate hace una semana solo por un día y ahora estaría 5 maravillosos días junto a él. Hice lo el piloto me pidió, asome mi ventana y pude ver que abajo había una limosina esperando. Era él.
Después de unos minutos que para mí fueron un siglo, bajé del helicóptero y pude ver como un hombre, completamente hermoso bajaba de él, tenía una sonrisa en la cara, todo a mí al redor desapareció, solo éramos yo y él. Creo que corrí porque de un momento a otro me encontraba besándolo.
— ¡Hola, nena! También te extrañe –dijo pegado a mis labios, cosa que me hiso reír y me separé un poco de él-
— Hola a ti. Te extrañé mucho más. –Le di un pequeño beso en los labios- Tengo un poco de frío, ¿nos vamos?
— Claro, tus deseos son órdenes para mí. –puso su mano en mi espada y nos dirigimos a la limosina. Una vez ahí adentro me dio unos besos más antes de volver hablar— ¿Qué tal estás?
— Muy bien, ahora que estoy contigo, obviamente.
— ¿Y tus padres?
— Ya sabes, lo mismo de siempre
— Siento que te hayan tocados unos padres así
— Yo también, pero no los culpo…bueno, no del todo. Quizá algún día cuando me perdonen, podamos llevar la fiesta en paz.
— No tienen nada que perdonarte, nena. –su voz salió con mucha ternura y yo sonreí un poco nostálgica- tú no has hecho nada malo.
— Los engaño, todos los días lo hago.
— Pero eso es mi culpa –dijo tomando mi cara en su manos- tu eres un ángel, y no te merezco.
— Nate… -dije, pero mis labios fueron cubierto con sus labios.
Lo siguiente que pasó en la limosina fue historia. Una historia muy caliente.
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Muchos meses sin subir algo, lo sé, y sé que esto es muy corto. Pero creo que mi vida ha dado un giro tremendo y estaba recuperándome de todo el movimiento. Me ido a vivir a otra ciudad, he cambiado de carrera y los más triste; mis padres se separaron. Y si no he escrito nada es porque les juro que no he tenido ánimos, preferí concentrarme en la escuela, peor ahora estoy de vacaciones y he vuelto a recuperar mi vieja yo. Hace unos días cumplí 20 años y me siento tan pinche vieja. Les digo esto porque quería que me comprendieran un poco, trataré de subir el otro capítulo muy pronto y terminar la historia antes de regresar a la escuela otra vez. Un beso enorme y muchas bendiciones.
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Mi pequeña Obsesión
Teen FictionJulieta Briz una chica de 17 años, a punto de entrar a la universidad, es una chica muy alegre, y cariñosa, aparte de hermosa. Como toda chica de su edad, tiene un amor platónico; Nate Días. Pero últimamente Julieta ha estado sobrepasando su nivel d...