Habían pasado cuatro de los mejores días de mi vida. Era increíble, asombro, ella era asombrosa. Jamás había reído tanto en mi vida. Y ahora la tenía aquí, junto a mi, durmiendo. Era bellísima. ¿Cómo pude pensar que era un ratón caliente? Soy un idiota. Ella es la persona más hermosa que me ojos han visto. Alguna vez pensé que ella demasiado flaca, tonta, infantil, pero no hay de eso en ella. Tiene un cuerpo perfecto, es muy inteligente y el infantil soy yo. O hay alguna manera de explicar la manera en que la hice estar tres días completos encerrada conmigo, haciéndole el amor para que nunca, nunca, nunca en su vida se olvidara de mí. No voy a decir que no discutimos, esta reina me hace enojar, me hace enojar cuando le contesta a su estúpido exnovio las llamada, o cuando se pone a revisar mi teléfono y eliminar a mis contactos mujeres que hay ellos. O simplemente me hace enojar cuando me lleva la contraria, pero hay que admitirlo, hasta cuando se pone en su papel de mujer celosa sigue siendo la mujer más hermosa de mundo. ¿Cuánto tiempo podremos seguir así? ¿Me cansaría un día de ella? ¿Lo haría?
Julieta se movió, dejando al descubierto uno de sus senos.
No.
Nunca me cansaría de ella.
Verla después de unas semanas fue con ver un arcoíris después de un día muy lluvioso, ese hermoso arcoíris anunciando que los días grises habían acabado. Y claro que habían acabado, pero ahora, con su retorno a su ciudad, significa que lo días grises estaban por volver. No quería dejarla ir, quería que se quedara aquí conmigo para siempre.
¡Dios! ¿Es esto amor o una obsesión?
Volvió a moverse por ahora formo una sonrisa en su labios y poco a poco abrió los ojos. Parecía una chica muy feliz. Sus hermosos ojos azules me miraban con una sonrisa que podría volver fuego hasta al hombre de las nieves.
- Hola – me dijo
- Hola, nena. –contesté tomando su nariz- Estás muy hermosa. Tienes cara de una mujer satisfecha.
- ¿Quién no lo estaría después de haber el hecho el amor con el hombre de tu vida?
- Buen punto. –Besé su seno- muy buen punto.
- ¿Qué hora es?
- Pasan de las 9 de la noche, nena. ¿Por qué?
- Tengo hambre. ¿Tú no?
- Te he comido todo el día, pero lo admito tengo más hambre…de ti. –le cerré el ojo ella se rió. Su risa era música para mis oídos.- Pero tienes que comer. ¿Pedimos algo? ¿Qué quieres?
- Preferiría salir a cenar fuera. –dijo frunciendo el ceño- quiero ir a cenar a fuera.
- Julieta –suspiré- es peligroso. Pueden haber periodistas afuera y nena, no quiero causarte problemas.
- Podremos usar los disfraces. Nadie se dará cuenta. ¿sí? –dijo poniendo cara triste- ¡Di que sí! ¡Por favor!
¿Cómo decirle que no cuando me miraba así? Era peligroso. No quería ponerla en peligro.
Salir con una mejor me podría joder a mí. Pero yo no era impórtate.
Julieta lo es. Y sé que todo sería un gran problema para ella.
Cerré los ojos y recordé quien era antes de conocerla. Un hombre que no se preocupaba por nada, por nadie, solo por el mismo. Solía ser muy fuerte hasta que un monto de cartas de parte de una pequeña mujer sacudió mi mundo.
Ahora escribía puras canciones de amor con dedicatoria. Si alguien me hubiera dicho que alguna vez me enamoraría del ratón caliente, me hubiera cagado de risa. Ahora no. Ahora solo sonreiría como un idiota.
Enamorado.
Estaba enamorado y a mi edad nunca lo había estado antes.
Abrí los ojos para verla. Ella me miraba fijamente.
- Está bien. Pero te tienes que disfrazar muy bien. –le acaricie su mejilla me gustaba tocarla- No quiero que te reconozcan. No quiero que te pase nada.
Ella sonrió y rápidamente se puso ahorcada encima de mí. Me dio un largo beso que fue acompañado de un movimiento de caderas que animo más a mi amiguito de lo que ya estaba. Completamente desnudo, sintiendo su fricción. Se sentía tan, tan, tan bien.
- Pero antes –dijo separándose para mírame a los ojos- ¿qué tal si tenemos otro raund? –me mordió el labio, haciéndolo lucir como el ángel más sexy del mundo-
- Tus deseos son ordenes, princesa –me reí antes de jalarla hacía mi otra vez y besarla. Besarla como si mi vida dependiera de eso.
Era tan sexy.
Y yo solía pensar que ella era una loca obsesionada conmigo. Que vueltas da la vida, ella es mi obsesión ahora. Mi pequeña Julieta, mi pequeña obsesión.
Ya estamos casi casi a mitad de mes, pero…¡Feliz Año Nuevo! Tenga el mejor año de su vida, no pierda la Fe, peleen por sus ideales y hagan lo que siempre ha soñado. Dios la bendiga, hoy y siempre. Gracias por sus increíbles deseos hacía mí. Las adoro y sus comentarios siempre me sacan una sonrisa aunque esté triste, y eso se los agradezco de todo corazón.
Disfruten este capítulo y hágame saber qué es lo que piensan. Nate por fin se ha dado cuenta, está enamorado de la cabeza hasta la punta de los pies!!! ¿no es increible? :)))) Estoy en la recta final de esta historia. Y quiero saber sus opiniones.
Deseándoles lo mejor de este mundo, les mando abrazos y besos.
Las adoro.
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Mi pequeña Obsesión
Novela JuvenilJulieta Briz una chica de 17 años, a punto de entrar a la universidad, es una chica muy alegre, y cariñosa, aparte de hermosa. Como toda chica de su edad, tiene un amor platónico; Nate Días. Pero últimamente Julieta ha estado sobrepasando su nivel d...