Nate: Los padres.

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Había dos personas en mi habitación, aparte de mi mejor amigo. Me costaba respirar, tenía una presión el pecho, era como si me dieran pequeños calambres en el corazón. ¿Alguna vez han sentido como su corazón se rompe? Yo solía pensar que eso eran puras mentiras, ¿cómo se podría sentir algo así? Bueno, la respuesta es simple, encuentra a una persona que quieras tanto, la necesites tanto y sin ella simplemente cueste hasta respirar. Yo la encontré, era Julieta. Mi Julieta.

-          ¿Y bien? ¿Se puede saber porque tenemos que estar aquí? Dijeron que algo sobre Julieta. Estamos preocupada por nuestra hija, no sabemos dónde está ella. –dijo el hombre que se encontraba alado de una mujer tan parecida a Julieta- ¿Quién es usted? –Dijo viéndome- ¿Y por qué conoce a Julieta?

Miré a la mamá de Julieta, y luego a mi mejor amigo, el asintió, esto sería difícil, el amor de mi vida se está debatiendo entre la vida y la muerte tan solo a unos metros de mí. Tengo que hacerlo, por ella.

-          Mi nombre es Nate Días. –hice una pequeña pausa- Soy el novio de Julieta, su hija.

Sus padres se miraron muy extrañados.

-          Esto no puede ser posible –dijo alzando la voz- esto tiene que ser una broma. Usted no puede ser novio de Julieta.

-          Lo soy señor. Pero eso no es importante, lo importante es que Julieta y yo tuvimos un accidente –mi voz se quebró- Juli..julieta…julieta está mal.

-          ¿CÓMO QUE ESTÁ MAL MI HIJA? –gritó la madre- ¿DÓNDE ESTÁ JULIETA?

No puede formular palabra alguna, mis lágrimas comenzaron a correr. Mi amigo habló por mí.

-          Julieta se encuentra aquí mismo, en el hospital. Yo soy Josh Maler, represéntate y amigo de Nate.

-          ¿Está mi hija bien?

-          No, señor. Julieta sufrió la peor parte del accidente de auto…ella no ha despertado aún. Lo doctores esperan que lo haga en cualquier momento, pero todo es incierto.

La madre de Julieta dio un chillido mientras su esposo la abrazaba. Hubo un silencio que solo se veía interrumpido por los lamentos de su madre.

-          Quiero…quiero verla…a mi bebé –dijo la madre- hablaremos con el médico.

-          Muy bien –contestó Josh-

-          Usted –dijo el papá de Julieta señalándome- hablaremos después. Lo importante ahora es mi hija –asentí-    

Nate se llevó a la papás de Julieta. Y por fin pude soltar mis lágrimas, mis berridos, mis gritos. Todo era mi culpa, jamás me lo perdonaría ¿cómo le puede hacerle tanto daño a mi Julieta? OH DIOS MIO, LA AMO TANTO.

PERDÓN, EN SERIO, PERDÓN CHICAS Y CHICOS. NO ERA MI INTENSIÓN IRME TANTO TIEMPO. LO SIENTO TANTO. 

Mi pequeña ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora