~• CAPÍTULO NUEVE •~

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Maratón 3/5

Habían pasado otros cinco meses y aquí estaba todavía, en este hotel guardando mi título de medicina

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Habían pasado otros cinco meses y aquí estaba todavía, en este hotel guardando mi título de medicina. Por fin oficialmente soy cirujana, aunque no sea con mi verdadero nombre. Espero que en el futuro pueda cambiarlo a mi nombre y no a este que ya me da repelús de tanto leerlo, escucharlo y decirlo.

Lo bueno de este nombre es que es mi seguro de vida. Algo tenía que tener bueno, si no lo estaría odiando aún más.

Escucho que llaman a la puerta, —hola María, soy Amelia.

Desde el día en el que fingí mi muerte no la volví a ver. Y justo hace nada me enteré de que volvió de su luna de miel y ya es oficialmente la reina de la mafia.

— Puedes pasar, está abierto. — Digo en alto a la vez que levanto mi cuerpo de la silla para recibirla.

— Hola bonita, te traigo buenas noticias.

Buenas noticias, por fin algo bueno después de mi cumple, —desembucha. — Digo con un hilo de felicidad.

— Haz las maletas, ya puedes irte de aquí, el alemán volvió a tu país.

Grito, grito de felicidad al escuchar eso. Después de tantos meses por fin volvió a Alemania. Ya puedo salir de aquí y ser libre.

La abrazó con fuerza, —es lo mejor que me ha pasado durante tanto tiempo. — Me separo rápidamente después de que ella lo aceptará.

Salgo corriendo a por las maletas, —¿qué harás cuando te vayas?, —pregunta a la vez que bajo la maleta de encima del armario.

— Me voy a Tailandia a pillarme unas buenas vacaciones y después de estar allí me voy a Francia a Disneyland allí en Paris buscaré un trabajo y viviré como una simple cirujana y esperaré conocer a alguien al que amaré, me casaré, tendré hijos y envejeceré como merezco y feliz. — Digo mientras meto toda mi ropa en la maleta.

— Me alegro de que tengas un gran propósito en la vida. — La escucho caminar hacia la salida. — Espero que te vaya muy bien en todos tus propósitos y seas feliz, María.

No entiendo cómo es tan amable conmigo. Intenté besar a su marido cuando le conocí personalmente. ¿Por qué no me odia? Hasta sabía que estaban juntos. ¿En serio no le ha dicho nada después de casi un año?

No me quedo tranquila si me quedo callada, —Amelia. — La llamo antes de que tocará el manillar de la puerta.

Se gira un poco, —dime.

Dejo lo que estaba diciendo para mirarla, —¿recuerdas el día en el que te pedí disculpas y tú no entendías nada?

Se queda pensativa por un momento, —si, lo recuerdo. ¿Pasa algo con ese día?

— Te pedí disculpas porque tres días antes intenté besar a tu esposo.

Ella baja el brazo que tenía levantado hacia el pomo. Se vuelve hacia mí y se acerca, —solo te voy a hacer una pregunta. — Trago duro, su mirada estaba llena de ira, —¿sabías en ese momento que él y yo estábamos juntos?

Emperatriz [#III Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora