~• CAPÍTULO VEINTISIETE •~

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Para mí las noches son demasiado largas

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Para mí las noches son demasiado largas. El dormir es muy difícil para mí.

He conseguido dormir dos horas como mucho, y mi preocupación por ella no me ayuda.

Muevo mi brazo tocando su cabello, observando lo tranquila que se ve durmiendo tan plácidamente. Me gusta verla así, relajada y calmada.

Acaricio cada hebra negra, aunque con la luz de la luna llena se ve un poco azul como sus ojos tan bellos. Todo en ella es hermoso.

Poso la mano en su frente, está fría. Todo está bien por ahora, si sigue así no habrá problema en la presentación de mañana. Sí vuelve a enfermar tendré que aplazarlo.

Aparto la mano. Se remueve un poco subiendo sus manos a la altura de su boca, se queda completamente quieta durmiendo plácidamente. Puedo estar tranquilo.

Me destapó saliendo de la cama. Me tomaré un trago de whisky para ver si así cojo el sueño.

Salgo de la habitación despacio con la linterna del teléfono tapada para no despertarla. Abro la puerta y cierro esta con delicadeza, camino por el pasillo, bajo la escalera hasta el salón.

Sacó uno de mis mejores Whiskys. Nada más llegar a la cocina lleno un poco y lo bebo de un trago.

Miro el vaso sin el líquido. Años sin poder dormir tranquilo por culpa de ese día, día que no quiero recordar y que contantemente mi cabeza me lo recuerda en los sueños.

Sacudo mi cabeza de lado a lado, dejo el vaso encima de la encimera echando un poco más del líquido de la botella esta vez llenando un poco más.

Vuelvo a beberlo de un trago. Lleno el vaso un par de veces más, entonces ella me viene a la cabeza, su comportamiento de hoy, su estado...

Hoy ha sido demasiado amable conmigo para ser ella, incluso me ha dejado abrazarla esta noche. ¿Me verá desde otra perspectiva después de contarle la verdad? No veo el odio que tenía antes en sus ojos cada vez que me miraba, ahora es diferente.

Creo que realmente no me odia, si no al contrato y eso odio lo reflejó en mí. Entiendo que también me veía como un culpable más, un cómplice de la maldad de su padre. Ahora sabe la verdad, no soy un culpable, sino una víctima más. Alguien que solo quería salvarla y que acabó...

Suspiro, le doy otro trago al líquido del vaso. Entonces noto una presencia cerca, giro mi cabeza viéndola a ella caminar a mi dirección frotando sus ojos con sueño, —¿no puedes dormir? — Me pregunta.

Niego con la cabeza, —vine a tomar un poco de esto, pero veo que no funciona, —dejo el vaso encima del mármol y la miró a ella, —¿y tú qué haces despierta? Hace nada estabas durmiendo.

— Empecé a sentir frío, mucho frío. — Se frota los brazos. Puedo ver su temblor de su cuerpo y voz, y su leve enrojecimiento de la cara.

Me acerco a ella y toco su frente, como imaginaba le ha subido la fiebre. — Deberías de irte a la cama, te llevaré algo para esa fiebre.

Emperatriz [#III Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora