~• CAPÍTULO DIECISIETE •~

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Giro mi cabeza en su dirección cerrando mi boca viéndole con una camisa negra y pantalones del mismo tono

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Giro mi cabeza en su dirección cerrando mi boca viéndole con una camisa negra y pantalones del mismo tono. Andaba descalzo hacía mí, se posiciona a mi lado viendo que tenía el cabello mojado.

Veo la expresión de mi padre de, ¿miedo? ¿Teme a la Bestia? No me esperaba eso. — No soporto los gritos y menos en mi propiedad. Así que se lo diré con tranquilidad, señor Meyer. Su hija no le pertenece desde que firmó y firmé ese acuerdo hace cinco años. No la tocará, ni si quiera se acercará a ella a no ser que sea para darle un abrazo de padre a hija después de a ver estado tanto tiempo sin verla. Debe pensar que está viva, no bajo tierra. Ella es libre de hacer lo que quiera y cuando quiera desde que se fue de su techo, ¿le ha quedado claro? — su mirada es fría y amenazante al mismo tiempo que creo que se va a hacer pis encima del miedo. Mi padre se queda mudo sin contestar a la pregunta de él, —no le escucho responder a mi pregunta, señor Meyer.

— Sí, señor Klein. Me ha quedado totalmente claro.

— Bien, vas te vale no tocarla cuando baje esa escalera porque cortaré sus manos, ¿entendido? — Él asiente rápidamente. — Puede tomar asiento en el salón, ya mismo bajo.

Él se va de mi lado directo a su habitación, puedo ver como ambos desaparecen de mi vista. No entendía que cojones había pasado.

Camino por sus mismos pasos viendo la puerta entornada. Miro por está observando que se estaba poniendo los zapatos, llamo a la puerta ligeramente.

— Puedes pasar, —me da permiso. No tenía intención de entrar solo hablar de lo que acaba de pasar.

Abro quedándome en el pasillo, —¿qué ha sido eso?

Me mira levantando una ceja, —¿el qué?

— Ese enfrentamiento hacía mi padre y sobre todo defenderme.

— ¿Nunca te han defendido de alguien como tu padre?, —niego. — Punto número uno. — Termina de calzarse. — No soporto los gritos y mucho menos en mi casa. Punto número dos, no estaba soportando lo que te estaba diciendo y como eres mujer y él un machista de mierda la situación iba a ir a peor, te subestima queriendo siempre estar por encima de ti por lo que eres, por eso salí a defendrte. ¿Has entendido?

Ladeo un poco la cabeza intentando procesar toda la información que acaba de entrar a mi cerebro. Él es un hombre, ¿qué hace tratándome como una igual? Ningún hombre como él hace eso.

— No mucho.

— Pensaba que eras más inteligente al tener un doctorado, —se levanta y camina hacia mí, —fui criado rodeado de mujeres, por eso te trato como una igual, como debe ser.

Pasa la mano por mi cabello y sale pasando por mi lado. Me quedé en silencio un poco en shock. No sabía que los hombres criados por mujeres eran así de respetuosos, es un descubrimiento nuevo sobre él. Puede que no sea tan malo esto de convivir con él

Emperatriz [#III Saga emperadores de la mafia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora