Estaba mudo ante el suceso. Es como si todo se hubiera vuelto muy negro, no podía ver más allá.
Hasta mi hermano se quedó con la boca abierta ante la noticia. Escuchaba a Meyer decir algo a través del teléfono, —señor Klein, ¿me escucha?
Arrugo la nariz dándome cuenta de que no es culpa mía, si no de su padre. Si no fuera un machista de mierda no tendría que casarme con ella para que pueda ser libre de su maldito padre. No tendría que estar persiguiendo a mi pobre chica y no hubiera acabado muerta.
Agarro el teléfono de golpe y me lo pongo en la oreja, —¿qué más quieres decirme? — Me estaba mordiendo la lengua, tanto que creo que me voy a envenenar a mí mismo.
— En unos días iremos a identificar el cuerpo junto a mi esposa, si puede venir usted también.
— Estaré allí, pero primero tengo que pedirles permiso a los líderes Petrov. — Significa que tengo que pedir permiso a Damon el rey de esta maldita mafia, Nickolay su hermano y líder de la mafia roja y por último, el peor de los Petrov y primo de los dos anteriores, Iván el destripador. Me tiemblan los huevos solo pensando en su maldito nombre y su apodo.
— Lo haré yo mismo si lo deseas.
— No, tengo que enfrentarme a ellos. Soy el líder de nuestro país y debo ser yo el que lo haga. — Mi voz era ruda, áspera, hostil, molesta y ronca. Si lo tuviera delante lo estrangularía hasta matarlo.
— Como usted vea, señor Klein. — Cuelga.
Alejo el teléfono de mi oreja estampando este contra la pared está vez sí rompiéndolo.
— ¿Qué cojones está pasando, Mikhail?
En cuanto abro la boca le cuento todo a él. Estoy destrozado, quiero destruir el mundo hasta que solo queden cenizas.
Dominik me consigue un nuevo teléfono para que pueda hablar con el portavoz de los Petrov, Nickolay.
Me dijo que hablaría con su hermano y su primo al no ser familiar cercano a la víctima del atentado.
Ya quiero saber con quién están en guerra, quien le hizo esto a la persona que tanto anhelaba.
A las horas recibo la llamada de Nickolay Petrov dándome el permiso de entrar, pero que solo debo estar hasta que su cuerpo se lo lleven a mi país. Suficiente para poder deprimirme y caer más profundo llenándome de culpa.
A los días estoy en jet junto a mi hermano, —te veo deprimido. — Dice Dominik preocupado por mí.
— Estoy bien, no te preocupes. Vamos, identifico el cuerpo y volvemos a nuestro país con nuestra rutina. —termino mi cigarro el cual tenía en mi boca.
Me mira no creyéndose nada. No me importa, el que se tiene que preocupar por él soy yo, no al revés. Para eso soy el hermano mayor de los cuatro.
Entro al jet dándole la espalda. No soy de hablar de lo que siento o dejo de sentir, la vida sigue y punto. Por lo menos al otro lado ya puede descansar de este mundo de mierda.
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Emperatriz [#III Saga emperadores de la mafia]
Romance⚠️SE RECOMIENDA LEER EN ORDEN POR LOS SPOILERS⚠️ María Meyer Vivo una vida de lujo como la princesa de papá, una de las hijas de la mafia mas importantes de Alemania, pero una noche mi padre me cuenta que llevo prometida desde los dieciséis años con...