CAPÍTULO XXIV

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Durante esa noche se despertó varias veces e intentó conciliar el sueño otras muchas, hasta que se dio por vencida. Miró a su lado en la cama para asegurarse de que Jordan seguía durmiendo pero en ese mismo momento abrió un ojo y le sonrió. 

- ¿Te he despertado?- le preguntó. 

- Creo que ninguno de los dos puede dormir hoy. – respondió mientras se mantenía pegado a ella. 

- ¿Estás preocupada? 

- ¿Cómo no voy a estarlo? Mi esperanza de vida en estas últimas semanas se ha visto reducida considerablemente. – dijo mientras se reía de forma amarga. 

- Estás exagerando. Todo va a salir bien. – le dijo en un intento de minimizar su preocupación. 

La risa abandonó su boca en cuestión de segundos. La preocupación se instaló en su rostro y entró en un profundo mar de pensamientos oscuros en el que de vez en cuando se perdía. 

- Eh. – dijo él besando su hombro. – Saldremos de esta, recuerda que tenemos una cita pendiente. Tienes que volver a la universidad y bueno, hay muchas cosas por hacer. – dijo. 

- Eso suena muy bien. 

- Puedes mudarte. Cuando todo esto termine puedes venir al loft, conmigo. Si quieres. – dijo con una media sonrisa que utilizaba de vez en cuando para intentar convencerla de algo. 

Maddie le miró fijamente, realmente no sabía que decir ante aquella proposición. 

- No sé qué decir, Jordan. Todo ocurre tan deprisa que... - dijo mientras resoplaba. 

- No tienes que pensar nada ahora, ya lo decidirás. Y si quieres seguir en la residencia puedes llevarte el Mustang e ir a casa cuando quieras.- dijo de nuevo, pero al ver que seguía sin articular palabra se acercó aún más a ella y dijo:- No intento presionarte, es solo que cuando todo esto acabe, quiero pasar tiempo contigo, todo el que pueda y conocernos. Estas no han sido las mejores circunstancias. 

La chica asintió mientras intentaba salir de aquella maraña de pensamientos que cada dos por tres intentaba poner en orden, pero que por momentos parecía hacerse más y más grande. 

 - Quiero que me hables sobre el ritual. Nadie me dice nada claro sobre ello y esquiváis mis preguntas. ¿Por qué es tan importante? Además, si es algo que va a estar presente en mi vida o a influir en ella del modo que sea, tengo derecho a saberlo. 

La cara del Jordan cambió por completo y todo su cuerpo se tensó. El demonio no parecía tenerle miedo a nada, a ninguna guerra y a ninguna criatura pero escuchar aquellas palabras había hecho que su rostro reflejara un profundo y terrible miedo. 

- Eso no es algo que debamos hablar ahora, Maddie. No tienes que preocuparte por ello. – dijo, intentando suavizar aquel momento. 

- Quiero saberlo. – zanjó. 

Al ver que la chica se sentaba en la cama, Jordan la siguió. Se recostó contra el cabecero y se mordió el labio, sin saber cómo iba a empezar aquella conversación. 

- Es algo que ocurre muy pocas veces, por eso es un tema del que se habla con cierta cautela. Llega a ser... cruel. Es una especie de vacío que nunca consigues llenar y que con el tiempo se va haciendo más grande. 

- ¿Cómo sabes cuándo has encontrado a esa criatura?- preguntó. 

- Cuando ese agujero que parece que va a devorarte de un momento a otro comienza a hacerse más pequeño. Y ya no te sientes tan solo. Una eternidad aquí es un castigo muy cruel, Maddison. 

- ¿Luc tampoco ha encontrado a nadie en todos estos años?- preguntó con curiosidad. 

- Sí. La encontró. Pero la perdió por mi culpa. – dijo mientras sus ojos se llenaban de dolor y de sombras. Al ver que ella no preguntó sobre aquella revelación, decidió que si iba a saberlo, debía ser por completo. – Agatha murió en la última guerra. 

Una tumba de tierra y sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora