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🍷🌸 Sooyeon 🌸🍷
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Suspiro nerviosa al momento en que la azafata nos pide guardar todos nuestros aparatos electrónicos y abrocharnos el cinturón de seguridad para no salir desperdigados por los aires al momento del aterrizaje. 

Respiro profundo mientras ajusto mi cinturón, aunque trato de mantenerme tranquila, mis manos tiemblan.

Realmente estoy nerviosa, odio este aeropuerto, odio esta ciudad...

Al bajar del avión siento que finalmente puedo respiras, pero mis nervios no disminuyen, todo lo contrario, aumentan, ahora sumados al nudo asfixiante en mi garganta que apenas quiere formarse.

Yuta camina a mi lado, tranquilo, tan ajeno, pero a la vez comprensivo a mi estado nerviso.

Él sabe todo, bueno, casi todo. Sabe lo suficiente como para comprender lo importante de esta misión y que no tiene el permiso para hacernos pasar un mal rato con sus imprudencias.

Él es increíblemente inteligente, astuto y tan hábil con las negociaciones, pero a veces es estúpidamente infantil y esto nos ha causado más problemas de los que debería.

La estupidez de un hombre no se puede medir, es como un chip qué ya viene de fábrica. Simplemente existe y como si de un tumor se tratara crece alimentándose de las malas influencias qué gobiernan nuestro mundo patriarcal y contaminan su cerebro dañado.

Es una pena tener que coincidir en este mundo con ellos. Pero es lo que hay...

Al salir de la sala de embarque, tres de nuestros guardaespaldas caminan a una distancia cercana a nosotros mientras que los otros cuatro nos rodean en formación de manera discreta, llamando mucho la atención.

Las personas a nuestro alrededor, en especial las señoritas nos observan demasiado, tratan de adivinar si somos algún actor famoso o Idol conocido, pero no lo somos, somos simples mercenarios de un imperio que no nos pertenece.

A pesar de que el lugar me resulta familiar, siento como si todo hubiera cambiado, como si hubieran pasado siglos desde la última vez que estuvimos aquí.

Ni siquiera recuerdo el día en que nos fuimos, esos días, por alguna razón, permanecen borrosos en mi memoria, solo recuerdo el cansancio qué me invadía, la tristeza y su mirada perdida...

Antes agradecí muchísimo el no poder recordarlo, quería dejar atrás todo el dolor que esto me causó, pero no pude, era casi imposible, como si cada una de mis cicatrices tomaran vida y se abrieran nuevamente.

En cada momento en que intentaba olvidarlo y dejarlo atrás, ellas me quemaban el alma para recordarme lo que había hecho y lo que estaba dejando atrás, así que no tuve otra opción más que prenderles fuego yo misma y dejarlas convertirse en ceniza hasta que el dolor se sintiera diferente.

Suspiro con fuerza como un mecanismo para liberar tensión. Yuta me observa de reojo preocupado, pero silencioso decide no intervenir, sabe que lo mandaré al diablo si lo intenta.

Casi río incrédula al ver la misma puerta por la que salimos hace casi ocho años, justo antes de que todo se fuera a la mierda y nos secuestraran.

Casi puedo oler su loción, como si volviera en el tiempo, y nos estuviéramos despidiendo de nuestr... Sus amigos después de ese agradable viaje a Jeju.

El anillo escondido en la cadena de plata que cuelga de mi cuello me quema bajo la ropa, rascando los recuerdos borrosos qué aún conservo.

Se que paso más tiempo de lo normal observando ese punto muerto en la sala de espera cuando Yuta se aclara la garganta "discretamente" para devolverme al ahora.

El sonido de tus melodías pérdidas | Min YoongiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora