🐉🥢Narrador🥢🐉
.—-Como usted lo dijo, mi señor, Sooyeon sospechó de mí en un inicio, pero, gracias a la devoción de mi hermano, ella perdió la sospecha...
La florista permanece hincada en la lujosa alfombra de tejidos árabes donde muchos antes lo han hecho también. Manteniendo la cabeza gacha, evitando mirar directamente los ojos oscuros del Dragón en un gesto que busca mostrar respeto, pero el temblor en su cuerpo delata a primera vista su nerviosismo.
Aquel hombre que la había seducido con tanta facilidad mantiene la mirada fija en la florista mientras que una chispa de diversión brilla en sus ojos ante tal escenario, disfrutando del juego que le encanto descubrir en la niñez, ahora perfeccionado.
La sumisión de las personas frente a él siempre le habia parecido algo excepcional.
Cuando era apenas un infante lo descubrió mientras amenazaba a la servidumbre con hacer que los despidieran si no cumplían sus retorcidos caprichos, pudo ser aquella ocasión en la que, si no hubiera sido por la intervención de su entrometido hermano mayor habría logrado que esa tonta niñita, hija de alguno de los patéticos amigos de su padre, saltara desde lo alto en balcón de su habitación...
Se descubrió a si mismo disfrutando del sufrimiento ajeno en la adolescencia cuando se aprovechó de aquella chica bonita de la clase continua, esa de la que su hermano estaba perdidamente enamorado.
Guiado por su genuina y rara curiosidad, quería descubrir que era aquello que tenía tan estúpidamente engatusado a la única figura de autoridad que habia logrado frenarlo en su corta vida. Fue inevitable interesarse en ella cuando vio la añoranza en los ojos de su hermano al mirarla con tal añoranza y, de alguna manera, algo en él se despertó cuando vio que ese sentimiento parecía ser mutuo.
La decepción al descubrir que esa chica era tan ordinaria como el resto de los seres humanos fue tanto dolorosa, pero alentadora por igual. Así que, por amor al arte y, a su parecer, hacer a esa mujer un poco más interesante, la ofreció a sus ratas de laboratorio para hacer un pequeño experimento.
Solo se necesitó un poco de persuasión, cartas falsas en los casilleros del par enamorado, una habitación de hotel, un grupo de mentes débiles y se hizo la magia.
Un espectáculo que lo cautivó al primer instante. Ser testigo de los actos inmorales a los que podía orillar a las personas haciendo única y exclusivamente uso de algo tan simple como el poder de las palabras correctas con las mentes correctas, fáciles de manipular...
Fue casi tan excitante como ver la cara de terror y odio puro en los ojos de su hermano mayor al ser engañado de tal manera para acudir a ese encuentro y ser forzado a presenciar todas las atrocidades que pasaron en esa lujosa habitación de hotel donde sus amigos abusarían de Park Sooyeon de la misma manera en que él mismo lo habia hecho meses atrás.
Sin duda, habia sido una experiencia extraordinaria.
Experiencia que marcó el comienzo de su búsqueda exhaustiva por complacer sus necesidades retorcidas y, danzar con gozo en el límite, intrigado por el riesgo que esto conlleva, ansioso por descubrir hasta qué punto podía llegar para satisfacerse.
Quería ser testigo y documentar el tipo de cambios físicos y mentales que experiencias como esa le traería en el futuro a un ser humano tan débil como esa chica. Fue lamentable para él cuando se enteró que la dulce Sooyeon habia saltado desde lo alto de su edifico pocos días después de su divertido encuentro en el Hotel Moon. Ella habia estropeado el tan esperado resultado de su experimento, pero lo obligó a expandir sus horizontes y encontrar nuevos métodos para satisfacer su necesidad estúpida de adrenalina.
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El sonido de tus melodías pérdidas | Min Yoongi
Fanfic|Secuela de | El sonido de tu voz | Min Yoongi, un talentoso profesor de música en la universidad de artes de Seúl, se ve envuelto en una trama de secretos y romance cuando la enigmática artista "Perséfone" debuta en una exposición de arte patrocina...