VI. Planeación

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El comportamiento de los hijos de Jungkook había llegado a un punto crítico que había llevado a Jin al límite de su paciencia. Las bromas y la falta de respeto constante de los niños lo habían empujado al borde de la locura, y cada día se volvía más difícil contener su frustración y enojo.

Desde el incidente con su cabello hasta las pequeñas travesuras cotidianas que parecían diseñadas para burlarse de él, los hijos de Jungkook parecían determinados a hacer de la vida de Jin un infierno. Ya no podía ignorar su comportamiento irrespetuoso y descarado, y cada vez que los veía, sentía una oleada de ira y resentimiento que amenazaba con consumirlo por completo.

Las bromas crueles y los comentarios hirientes se habían convertido en moneda corriente en la mansión Jeon, y Jin se sentía como un objetivo constante de las travesuras de los niños. Ya no podía soportar ser objeto de su ridículo y burla, y cada vez que caía en una de sus trampas, sentía su dignidad y autoestima erosionándose un poco más.

Cada día se volvía más difícil mantener la compostura y la calma frente a las provocaciones de los niños, y Jin se encontraba luchando por contener su ira cada vez que se cruzaba con ellos en los pasillos de la mansión. A pesar de sus mejores esfuerzos por mantener la calma y la compostura, sentía que estaba perdiendo la batalla contra el comportamiento irrespetuoso y provocativo de los niños.

La falta de respeto hacia su autoridad y su presencia en la casa lo dejaba sintiéndose impotente y desamparado, como si estuviera luchando una batalla perdida contra fuerzas que estaban más allá de su control. Cada vez que intentaba abordar el problema con Jungkook, parecía que sus preocupaciones caían en oídos sordos, y los niños continuaban con su comportamiento imprudente e irrespetuoso como si nada hubiera pasado.

Con el corazón lleno de frustración y desesperación, Jin se preguntaba si alguna vez sería capaz de encontrar la paz y la tranquilidad que tanto anhelaba en la mansión Jeon, o si seguiría siendo acosado por el comportamiento travieso e irrespetuoso de los hijos de Jungkook por el resto de su tiempo en ese lugar.

En un rincón apartado de los exuberantes jardines de la mansión Jeon, Jin se encontró con Rose, la joven adolescente, sumida en un mar de lágrimas y desesperación. Al principio, Rose intentó esconderse al ver a Jin, pero su presencia no pasó desapercibida para él. Con una expresión compasiva en su rostro, Jin se acercó a la joven, su corazón lleno de empatía y comprensión por su dolor.

-Rose, ¿qué sucede?- preguntó Jin con suavidad, sus ojos fijos en los de ella mientras intentaba calmar su angustia.

Rose titubeó por un momento, indecisa sobre si confiar en Jin con sus preocupaciones. Pero la mirada sincera y comprensiva en los ojos de Jin la convenció de que podía confiar en él. Con un suspiro tembloroso, Rose comenzó a contarle a Jin sobre su doloroso encuentro en la escuela.

-Es el chico que me gusta-, comenzó Rose, sus palabras entrecortadas por sollozos ahogados. -Me rechazó... por mi mejor amiga. Y ahora están juntos... y yo...

Jin escuchó en silencio mientras Rose derramaba su corazón, su empatía creciendo con cada palabra que salía de los labios de la joven. Comprendía el dolor de ser rechazado y la angustia de ver a alguien que amabas elegir a otra persona sobre ti.

-Lo siento mucho, Rose-, dijo Jin con sinceridad, extendiendo sus brazos en un gesto reconfortante. -Debes estar pasando por un momento muy difícil, pero quiero que sepas que no estás sola. Puedes contar conmigo siempre que lo necesites.

Rose aceptó el abrazo con gratitud, sintiendo el consuelo cálido y reconfortante de los brazos de Jin a su alrededor. Se sentía aliviada de poder compartir su dolor con alguien que la entendía y la apoyaba, y sabía que había tomado la decisión correcta al confiar en Jin con sus preocupaciones.

A medida que continuaban hablando, Rose compartió con Jin sus sentimientos de nostalgia por su madre y la dificultad de comunicarse con su padre en medio del mundo complicado de la mafia. Jin escuchó con atención, ofreciendo palabras de aliento y consuelo mientras Rose expresaba sus pensamientos y sentimientos más profundos.

Finalmente, cuando la conversación llegó a su fin, Jin se despidió de Rose con un abrazo reconfortante y palabras de aliento. Sabía que la joven tenía un largo camino por delante, pero también sabía que tenía la fuerza y la determinación para superar cualquier desafío que se le presentara en el camino.

Después de ese emotivo encuentro en los jardines, la relación entre Jin y Rose dio un giro significativo. La joven adolescente comenzó a acudir a él con mayor frecuencia, buscando su consejo y apoyo en momentos de necesidad. Lo que empezó como una conexión basada en la comprensión mutua y la empatía pronto se convirtió en una amistad sólida y duradera.

Rose encontró en Jin un confidente y un mentor, alguien en quien podía confiar plenamente para compartir sus preocupaciones y buscar orientación en medio de las turbulencias de la vida. Ya fuera para pedirle consejo sobre cómo lidiar con los desafíos de la escuela o para buscar su opinión sobre cuestiones más personales, como su vida amorosa o su estilo de vestir, Jin siempre estaba allí para escucharla y ofrecerle su sabiduría y apoyo.

Para Jin, la amistad de Rose se convirtió en un faro de luz en medio de la oscuridad de su vida en la mansión Jeon. A medida que pasaban más tiempo juntos, descubrieron que tenían mucho en común y compartían intereses similares. Jin admiraba la fuerza y la determinación de Rose para enfrentar los desafíos que la vida le presentaba, mientras que Rose encontraba en Jin un modelo a seguir y una fuente de inspiración en su lucha por encontrar su lugar en el complicado mundo de la mafia.

A medida que su amistad crecía, también lo hacía su complicidad y confianza mutua. Se apoyaban el uno al otro en momentos de dificultad y celebraban juntos los triunfos y logros que alcanzaban en el camino. A pesar de las diferencias en su edad y experiencia, descubrieron que tenían mucho que aprender el uno del otro y que juntos eran más fuertes que solos.

La mansión Jeon resonaba con el bullicio y la emoción mientras Rose y Jin se sumergían en la planificación de la fiesta de sus trece años. Sentados en el salón principal, rodeados de papeles y notas, discutían animadamente sobre los detalles de la celebración, mientras Rose expresaba su deseo de dejar atrás su aspecto de niña y abrazar un estilo más maduro y sofisticado.

"Creo que sería genial cambiar mi tono de cabello a rubio", dijo Rose con entusiasmo, su rostro iluminado por la emoción. "¿Qué opinas, Jin? ¿Crees que me quedaría bien?"

Jin sonrió, admirando la determinación y el entusiasmo de Rose por explorar nuevas posibilidades. "Creo que cualquier color de cabello te quedaría bien, Rose", respondió con sinceridad. "Pero si realmente quieres probar algo diferente, estoy seguro de que el rubio te quedará fantástico".

Mientras continuaban discutiendo las opciones para la fiesta, compartiendo risas y sugerencias, no se dieron cuenta de que Jungkook los observaba desde la distancia. El líder de la familia Jeon había pasado por ahí en busca de su hija mayor, pero se detuvo al escuchar las risas y las bromas internas entre Rose y Jin.

Observó con orgullo cómo su hija florecía bajo la atención y el cuidado de Jin, mostrando una faceta de sí misma que rara vez veía en casa. Rose parecía radiante y llena de vida, y Jungkook no pudo evitar sonreír al verla tan feliz y despreocupada.

Aunque decidió no intervenir en la conversación, optando por permanecer en el anonimato por el momento, Jungkook se sintió reconfortado al ver a su hija tan bien acompañada y rodeada de afecto. Sabía que Jin era una influencia positiva en la vida de Rose, y se sintió agradecido de tenerlo como parte de su familia extendida.

Con una sonrisa suave en su rostro, Jungkook continuó su camino, dejando que Rose y Jin continuaran con su planificación mientras él observaba en silencio desde la distancia. Sabía que la fiesta de trece años de Rose sería un evento memorable, y estaba emocionado de ver cómo todo se desarrollaría bajo la guía y el cuidado de Jin.

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