XVI. Miradas

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La mañana siguiente llegó envuelta en una atmósfera de tensa expectación mientras Jimin irrumpía en la sala con un aire de superioridad, llevando consigo la clave que había eludido a las otras dos mafias. Ante la mirada expectante del señor Kim y Jungkook, Jimin anunció con firmeza

–Lo encontré. Gracias a nuestros contactos infiltrados, tenemos la ubicación exacta donde están reteniendo a Jin.

Las palabras resonaron en la habitación, cargadas de un significado crucial. Jungkook asintió con seriedad, mientras el señor Kim mantenía una expresión impasible, pero con un destello de esperanza en sus ojos.

–Ahora que sabemos dónde está, necesitamos un plan sólido–, declaró Jungkook, su tono firme y decidido. –Cada detalle debe estar cubierto. No podemos arriesgarnos a perder esta oportunidad.

El señor Kim asintió, su rostro marcado por la determinación. –Estoy de acuerdo. Debemos proceder con cautela, pero también con rapidez. Cada minuto cuenta.

Jimin asintió en acuerdo, su mirada centrada en el objetivo. –Tenemos los recursos y la estrategia. Ahora solo necesitamos ejecutarlo con precisión.

La sala se llenó de una energía intensa mientras los tres hombres se sumergían en la planificación meticulosa. Cada detalle fue discutido y analizado, cada movimiento calculado y perfeccionado. En medio de la tensión, se forjó un plan audaz y determinado, listo para llevar a cabo la misión de rescate más importante de sus vidas.

Antes de salir para organizar los detalles finales del rescate, Jimin se detuvo en la entrada de la mansión y divisó a Taehyung acercándose hacia él con una pequeña caja de chocolates en la mano.

–Jimin hyung, gracias por haber encontrado la ubicación de Jin hyung–, expresó Taehyung con sinceridad, extendiendo la caja hacia él como muestra de gratitud.

Sin embargo, antes de que pudiera aceptar el gesto, Jimin lo rechazó con brusquedad, su tono lleno de frialdad. –No necesito tus agradecimientos, Taehyung. Esto lo hizo por Jungkook, no por ti,– las manos del rubio se apretaron en la caja–Mas aparte no todo se resuelve con comida,– apretó la mejilla regordeta del chico en forma de burla. –Y por cierto no me digas así hyung, no somos cercanos para nada.

El rostro de Taehyung se ensombreció por un instante ante la respuesta cortante de Jimin, pero rápidamente recuperó su compostura. –Lo entiendo–, respondió con calma, retirando la caja de chocolates. –Lo siento por molestarte. Tal vez en Italia sea diferente, pero aquí a los mayores les decimos así y como ibas a ser mi futuro esposo, pensé que era lo correcto.

–Yo no me casaré contigo jamás. Así que puedes ahorrarte estos detalles y comertelos todos, se ve que te gustan mucho.

–Espero sea cierto lo que dice y jamás me case con usted.– Taehyung dejo caer la caja aguantando las ganas de llorar por lo enojado que estaba – En lo personal no me gustan los chocolates amargos, pero le pregunté a Jungkook hyung cuáles eran los suyos y me dijo que estos le gustaban desde que era niño, – señalo la caja en forma de corazón– Solo encontré en esta envoltura, de haber otra la hubiera traído. –Jimin pudo ver cómo una lágrima escapaba silenciosamente por la mejilla del rubio–Quiero creer que lo descortés es por su cultura, pero su secretaria fue muy buena persona el otro día que hace que lo descarte. – suspiró antes de continuar hablando limpiando las lágrimas que habían escapado –Espero que la próxima vez que nos veamos sea para romper el compromiso.

Jimin no respondió, simplemente asintió con la cabeza antes de dar media vuelta y continuar su camino. Taehyung observó su retiro con una mezcla de resignación y determinación, su expresión reflejando una determinación silenciosa mientras se preparaba para enfrentar los desafíos que se avecinaban.

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