En medio del caos y la desesperación, Jimin tomó el control de la situación con una determinación inquebrantable. A pesar de la falta de equipo médico adecuado, sabía que no había tiempo que perder. Taehyung, aunque inicialmente se resistió a la idea de que Jimin realizara la cesárea, finalmente cedió ante la realidad del momento y se unió a él para ayudar a Jin.
Cuando llegaron al búnker, encontraron a Jin en agonía, con lágrimas de dolor en los ojos y los niños preocupados a su alrededor. Jimin actuó con rapidez, dando instrucciones claras y precisas a Rose para que cuidara de sus hermanos y los mantuviera a salvo de la angustiante escena que se desarrollaba frente a ellos.
–Seokjin, necesito que intentes no moverte–, aconsejo Jimin mientras abría el kit quirúrgico.– Lo he hecho antes con animales. Así que esperemos sea lo mismo–, Jin cegado por el dolor ni siquiera presto atención, todo lo contrario a Taehyung quien lloraba por su hermano.
Mientras tanto, la madre de Jungkook se apresuró a proporcionar lo necesario del botiquín de emergencia, preparando una cama improvisada para Jin en un intento por brindarle algo de comodidad en medio de su sufrimiento. Jin se retorcía de dolor mientras las contracciones lo consumían, y la tensión en la habitación era palpable mientras todos se preparaban para el difícil procedimiento que se avecinaba.
[…]
Mientras el caos reinaba en la mansión, Jungkook se mantuvo inmerso en la batalla, enfrentándose a cada enemigo que se le acercaba con determinación y habilidad letal. Sin importar cuántos adversarios se interpusieran en su camino, él los derrotaba con una ferocidad implacable, protegiendo a su familia y a su gente con cada golpe y cada disparo.
Finalmente, en medio del tumulto, se encontró cara a cara con el nuevo jefe de los escoceses. La mirada de Jungkook ardía con una intensidad indomable mientras se preparaba para el enfrentamiento definitivo. Con una determinación feroz, se lanzó hacia su oponente, listo para darlo todo en la batalla que decidiría el destino de todos los involucrados.
–¿Estás listo para esto, Jeon?–, preguntó el jefe escocés con una sonrisa siniestra, su voz llena de malicia.
–Siempre lo estoy–, respondió Jungkook con calma, su mirada fija en su enemigo. –Pero esta vez, no habrá escapatoria para ti.
Los dos hombres se enfrentaron en un duelo mortal, intercambiando golpes rápidos y certeros mientras el sonido de los disparos y la explosiones resonaba a su alrededor.
–¿Crees que puedes detenernos?–, se burló el jefe escocés, esquivando un golpe de Jungkook.
–Lo haré–, gruñó Jungkook, redoblando su determinación mientras contraatacaba con ferocidad.
La batalla continuó, cada movimiento calculado y cada golpe lanzado con precisión mortal. Ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder, y el destino de la mansión pendía de un hilo mientras se enfrentaban en una lucha a vida o muerte.
–¡Es hora de que esto termine!–, gritó Jungkook, lanzando un ataque final contra su enemigo.
El jefe escocés apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que el golpe de Jungkook lo derribara, dejándolo indefenso en el suelo.
–¿Tienes algo más que decir?–, preguntó Jungkook, mirando hacia abajo con desprecio.
El jefe escocés se quedó en silencio, su mirada llena de derrota mientras Jungkook se preparaba para dar el golpe final. El eco de la bala sonó parando a todos por un momento antes de seguir peleando.
Jungkook levantó la mirada hacia sus hombres, su expresión seria y determinada. –Aniquilen a cualquiera que se encuentre cerca o dentro de la mansión–, ordenó con voz firme, su tono dejando en claro que no habría lugar para la clemencia.
Los miembros de su escuadrón asintieron en señal de entendimiento, preparados para seguir sus órdenes sin vacilar. Con movimientos coordinados, se dispersaron por la mansión, enfrentándose a los enemigos que aún se atrevían a desafiarlos.
Jungkook se mantuvo en el centro de la acción, liderando a su equipo con determinación implacable mientras luchaban por recuperar el control de su hogar. Cada disparo y cada golpe resonaba en el aire, un recordatorio constante de la batalla que se libraba en cada rincón de la mansión.
El azabache se detuvo por un momento, su mente girando en busca de respuestas a las preguntas que surgían. Observó detenidamente los cuerpos caídos a su alrededor, reconociendo a varios traidores entre ellos. La sorpresa se mezcló con una sensación de intriga y preocupación. No le sorprendía verlos muertos, lo que le sorprendía es que ellos habían muerto hace tres años.
–¿Cómo es posible?– murmuró para sí mismo, su voz apenas audible sobre el estruendo de la batalla que aún continuaba en los alrededores. La idea de que los muertos pudieran regresar a la vida parecía absurda, pero las evidencias ante sus ojos no podían ser ignoradas.
Una sensación de inquietud se apoderó de él mientras reflexionaba sobre las posibles explicaciones para lo que estaba presenciando. ¿Era posible que estos hombres hubieran sobrevivido de alguna manera y ahora estuvieran trabajando para los escoceses? ¿O podría haber algún tipo de engaño o trampa en juego?
Mientras su mente trabajaba para resolver el enigma, Jungkook se mantuvo alerta, consciente de que debía permanecer en guardia contra cualquier amenaza, ya sea de los enemigos vivos o de aquellos que parecían haber regresado de entre los muertos. La batalla aún no había terminado, y estaba determinado a descubrir la verdad detrás de este misterio inquietante.
–En la vida y en la muerte–, Jungkook escucho el seguro de un arma detrás de él.
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Apologize
Fanfiction"En la encrucijada entre el peso de la responsabilidad y el eco eterno del amor perdido, Jin y Jungkook se enfrentan al desafío de dejar ir lo que ya no está, mientras se aferran valientemente al futuro incierto que yace ante ellos." Primer libro de...