CAROLINA Y EL CAZADOR DE TRASGUS 4: LA CUEVA DEL CUÉLEBRE
Por fin se fueron y pude descansar.
Preparé las cosas para el día siguiente, era martes y mi primer día de trabajo tras el puente de difuntos.
Cené rápido y me acosté temprano.
Esa noche sí eche de menos a Xuanín. "Mañana", pensé, "después de trabajar, iré al veterinario a comprar las medicinas para el Bosgoxu y se las llevaré, así veo como siguen y les contaré la entrevista con mi madre y la visita de esta tarde".
La mañana transcurrió con normalidad. Mi jornada habitual como maestra me hizo sentir la Carolina de siempre. Cuando terminé de trabajar fui a devolver por fin la camioneta y después al veterinario a comprar las medicinas:
―Un amigo mío tiene un rebaño de cabras en el monte, que han cogido sarna y tiña. El no podía venir y me ha pedido que le lleve yo las medicinas ―le dije al veterinario.
Cuando me vieron llegar a la cabaña se pusieron muy contentos. Cogí a Xuanín en brazos y le di un montón de besos. Luego le hice las curas al Bosgoxu.
Le dije al trasgu :
―Observa como lo hago yo, que esto lo hay que hacer todos los días y yo no podré venir hasta el sábado.
Xuanín asentía y observaba con detenimiento. Cuando terminamos nos sentamos a la mesa.
―Para cenar, hoy nos trajo Fátima una tortilla de patata con cebolla. Le dije que la hiciera bien grande para que diera para los tres ―dijo el Bosgoxu , que cada día parecía volverse más humano y menos animal.
Me sorprendió verle colocar su trozo de tortilla en el plato, utilizar el cuchillo y el tenedor e incluso la servilleta. Aún así ¡Que lejos estaba del Antón sibarita que describía mi madre!
Les conté lo que había dicho Lorenzo sobre su familia.
―Es normal ―dijo el bosgoxu ― Cuando un matrimonio tiene seis hijos varones y el séptimo también nace varón y no hay ninguna hija por el medio, el bebé que nace se convierte de adulto en hombre lobo.
―Es posible ―añadí― que por ese motivo y por la muerte de la madre el padre decidiera darlo en adopción, como nos contó.
―Quizá ―continuó El Bosgoxu ―pero para eso debía de conocer la maldición y creérsela, y eso no es muy frecuente entre los humanos. Además si eran siete niños y el padre viudo no podía hacerse cargo de ellos ¿por qué iba a dar en adopción solo a uno? Y ¿ cómo llegó el niño a manos de la inquisición? Es raro.
―Puede, que sabiendo que era el séptimo hijo y que sería hombre lobo lo raptasen ―respondí.
― Es posible― dijo el Bosgoxu.
Xuanín parecía al principio interesado en la conversación, pero luego, al no poder intervenir, comenzó a aburrirse y empezó a hacer de las suyas, lanzándonos con el tenedor trozos de tortilla y riéndose a carcajadas.
Dejamos de hablar y comenzamos a jugar con él, lo perseguíamos, y cuando lo agarrábamos, nos lo lanzábamos el uno a la otra. Xuanín lo pasaba en grande volando por los aires.
Cuando cansó de jugar se durmió en seguida. Lo dejamos en la cabaña y el bosgoxu me acompañó al coche mientras seguíamos conversando.
―Además ―decía― la maldición del séptimo hijo solo dura siete años, quiero decir que en ese caso, cuando el niño cumple dieciocho años se vuelve hombre lobo, pero siete años después se le quita la maldición y vuelve a ser humano. ¿Cuántos años crees que tiene Lorenzo? ¿Aparenta menos de veinticinco?
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Una historia muy vulgar y otras que no lo son tanto
Short StoryRelatos cortos de diferentes temáticas sobre todo cuentos fantásticos o de humor, pero también alguno de miedo. Son muy irregulares en su extensión, los hay de un par de páginas, de veinte y de seis capítulos. En realidad sólo tienen dos cosas...