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De haber sabido que Dennis las invitaría ese mismo día, se habría comprado algún vestido nuevo con el que impresionarlo. Karen se había ofrecido a prestarle alguno de los suyos, pero no quería dejarse engañar. No había manera de que ella rellenara, ni con los mejores calcetines, la delantera de los vestidos de Karen. Además, estos solían destacar por sus escotes, y ella no tenía mucho con lo que impresionar.

-No seas imbécil -dijo Karen animándola a probarse un vestido entubado de media manga de un rojo oscuro.

-Mi querida Karen -suspiró Elena examinando la apertura frontal-, se me va a ver hasta el ombligo con ese.

Keira puso los ojos en blanco y pidió paciencia al universo. Ya llevaba cuarenta minutos tumbada en la cama de Karen mientras las escuchaba discutir.

-No tiene un escote tan bajo como parece. Venga, ya verás cómo te queda genial.

-Si lo que pretendes es que se le salga un pecho mientras juega a los bolos -comentó Keira incorporándose-, entonces es perfecto.

Karen bufó y continuó insistiendo con ese y otros dos vestidos más. Pero al final Elena se decidió por unos vaqueros y una blusa de color borgoña. Por lo que les habían dicho los chicos, iban a un bar a cenar y después a la bolera. Así que no tenía sentido arreglarse en exceso.

Llegaron al lugar dos horas después, tras una ardua sesión de maquillaje. Elena jamás habría imaginado la cantidad de productos que había que usar para crear una apariencia natural. Karen era una auténtica experta con el maquillaje. Incluso Keira había dejado que la pintara y le arreglara el cabello

Al igual que la última vez, los chicos las esperaban en la barra. Elena localizó casi al instante a Dennis con ambos brazos apoyados en la superficie de madera. Parecía enfrascado en una conversación con Sergio, que se vio interrumpida en cuanto las vio.

Elena no se había percatado hasta ese instante en el atractivo de Sergio. No era especialmente musculoso, pero era tan alto como sus amigos, y tenía una sonrisa preciosa. Con los dientes blancos delineados y una boca voluptuosa. Básicamente los labios perfectos para ser besados. E incluso sus ojos pardos ligeramente caídos tenían su encanto. No le extrañaría que a Keira se le hubiera acelerado el corazón cuando estos se posaron sobre ella, como si no hubiera nadie más en la sala.

-Me alegra volver a verte -dijo dándole dos besos.

-Claro -respondió Keira.

De no haberla conocido mejor, Elena habría pensado que era imposible que Keira se ruborizada. Mucho menos que pareciera avergonzada o incluso cohibida delante de un chico. Pero allí estaba, su valiente guerrera mirando a todas partes menos al chico que tenía en frente. Elena tuvo que apretar los labios para contener una sonrisa. Sergio no parecía percatarse del trascurso del tiempo mientras continuaba parado frente a Keira sin dejar de mirarla. Si Dennis no le hubiera dado un codazo, probablemente habrían continuado inmersos en su burbuja particular.

-Menuda forma de hacer el ridículo -comentó Dennis dándole dos besos a Karen.

-A mí me parece digno de una telenovela.

-No te lo discuto -asintió antes de volverse hacia ella- ¿Qué tal Elena?

-Bien -dijo tratando de sonar indiferente, aunque le salió ligeramente agudo para su disgusto.

Ofuscada y terriblemente avergonzada, no se atrevió a mirar la cara que ponía Dennis. Necesitaba recuperar la calma y volver a concentrarse en su plan. No estaba allí para actuar como una idiota prendada por los encantos de Dennis, sino para tenerlo a él babeando por ella.

Decidida a lograrlo, saludó al resto del grupo como si nada y dejó conscientemente a Víctor para el final. Ya había acordado con Karen que debía esforzarse por pasar el máximo tiempo posible con él. Al igual que Dennis, era todo un ligón y el prototipo perfecto para despertar los celos de su víctima. La fantasía de Karen era que Dennis terminara en una pelea contra Víctor por conquistarla.

¡Que el Karma me proteja!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora