𝟏𝟓 | quidditch

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NARRADOR

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NARRADOR.

Las vacaciones de Semana Santa no resultaron lo que se dice relajantes. Los de tercero nunca habían tenido tantos deberes.

Hera estaba un poco estresada. Demasiadas cosas ocupando su mente.

Hermione estaba literalmente, al borde del colapso. Se levantaba de madrugada y se dormía a altas horas de la noche, y parecía que en cualquier momento lloraría.

Hermione por fin había aceptado la ayuda de Hera, que la ayudaba y no se iba a dormir sin ella. Empezaba a tener ojeras también, y aunque a Harry le seguía pareciendo hermosa, se preocupaba por su novia y su mejor amiga.

—Deberían descansar —dijo preocupado una tarde. Hera estaba en una mesa de la sala común con varios libros de Transformaciones esparcidos por toda la mesa.

—Quiero ayudar a Hermione. Ella no puede sola —añadió con preocupación.

—No es sano que duerman tan poco. —siguió tratando de convencerla, sin embargo, ella apenas le prestaba atención.

Un poco harto de que ella no despegara la mirada de la redacción que hacía, le quitó la pluma con la que escribía y la atrajo hacia él.

—Mi vida... debes descansar... ambas deben descansar...

—Tengo que ayudar a Hermione... —murmuró algo adormilada. Harry acarició su cabello tratando de que se quedara dormida, consiguiéndolo minutos después.

Hermione entró en la sala común cargando un montón de libros. Se veía peor que Hera.

Depositó los libros en la mesa y talló sus ojos. Cuando los abrió observó a Harry y a una dormida Hera.

—Tu novia es demasiado terca.

—Mi mejor amiga también —añadió Harry.

—Debo terminarlos, Harry. Annie no debe cargar con mis cosas.. —murmuró cansada.

—Deberías descansar.. —trató Harry de convencerla.

—¡No podría! Tengo demasiadas cosas que hacer.. —musitó repasando mentalmente lo que le faltaba.

Harry suspiró, rendido.

—Llevaré a Hera a mi dormitorio.. —murmuró levantándose con cuidado de no despertar a Hera. Con esfuerzo la tomó en brazos a la pelinegra y subió a su habitación.

No había nadie, puesto que habían salido a los terrenos a disfrutar del clima y las vacaciones.

La depositó en la cama con cuidado y corrió las cortinas. Él también debía seguir con sus deberes, ya que los entrenamientos de Quidditch le quitaban demasiado tiempo. Era demasiado el estrés por el partido. Harry iba a volverse loco.

La víspera del partido por la noche, en la sala común de Gryffindor, se abandonaron todas las actividades habituales. Incluso Hera y Hermione dejó sus libros.

𝐢'𝐦 𝐚 𝐠𝐞𝐧𝐢𝐮𝐬, 𝗵𝗮𝗿𝗿𝘆 𝗽𝗼𝘁𝘁𝗲𝗿.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora