Entendido, Profesora 2: EL INTERCAMBIO (TERMINADA)

Epílogo 1/2

Parte 1/2

Angela Landam:

__ ¡¡AAAAAHHHGGGH!!

__ Esta bien, todo está bien, nena, respira.

__ ¡Cállate! ¡NADA ESTA BIEN! ¡PUT... MADRE!

__ No seas grosera, los doctores están aquí.

La miro fijamente, Elena levanta las manos en señal de rendición.

__ Yo soy la que está tratando de sacar un bebé por un agujero demasiado pequeño para que una cabeza pase por ahí ¡ASI QUE, SI QUIERO MANDAR A LA MIERDA A TODOS LO HARE, ELENA!

Quiero regresar el tiempo, regresar a el maldito día en que decidimos que yo sería quien diera a luz a nuestro hijo porque verdaderamente ha sido la peor decisión de mi vida y ya no aguanto más.

La doctora no deja de decir que me esfuerce, que empuje, y la estúpida de Elena Landam cree que sintiendo el dolor que siento puedo estar tranquila.

__ Lo haremos de nuevo, Angela, por favor, conmigo, a la cuenta de tres de nuevo.

Nunca he odiado tanto a un ser humano como a esta mujer, ¡¿Por qué creí que parir de manera natural sería buena idea?!

__ Aquí vamos, uno...

Dos.

Tres.

__ ¡¡AAAAAAAHHHHH! __ me aferro a la mano de Elena tanto como puedo, pero no es suficiente, estoy apretando los dientes, pero el dolor que siento es indescriptible y yo estoy tan arrepentida de esto __ ¡MALDITA SEA, SAQUENLO YA!

__ Amor, por favor.

__ NO VUELVO A HACER ESTO EN MI VIDA ¡AAAAAHHH!

__ Angela.

__ TU DEBISTE TENER EL BEBÉ.

Elena parece preocupada, pero sobre todo asustada porque estoy segura de que nunca la he mirado con tanto odio como hoy.

__ Una vez más, señora Angela, hágalo conmigo.

Idiota. Idiota, doctora.

Idiotas todos.

__ ¡Haga bien su maldito trabajo y SAQUELO AHORA! ¡¡SACALO, SACALO, SACALOOO!!

__ Estoy aquí, calma, amor, estoy contigo.

__ ¡¿DE QUE MIERDA ME SIRVE ESO ELENA?! ¡¿ME DEJA DE DOLER PORQUE ESTAS AQUÍ?!

Mi esposa traga saliva.

__ No...

__ ¡¡ENTONCES CÁLLATE YA AAAAAAHHHHH!

__ ¡Sí! __ La doctora grita y seguido de ello comienzo a escuchar el llanto de un bebé, mi frente está llena de sudor y seguramente le he fracturado algún dedo a Elena.

Está bien, se lo merece, jamás debió de ocurrírsele la maravillosa idea de embarazarme.

No sé qué tanto hacen, Elena está conmigo y se encarga de acariciar mi cabello, pero sus ojos no están en mí y yo solo observo el techo y la fría luz del sitio, un par de minutos después la mujer de bata blanca se acerca a nosotras.

__ Hora de conocer a mami.

No puedo moverme mucho, me duele cada parte del cuerpo que puede dolerme, y las que no también lo hacen, pero aun así lo recibo sobre mi pecho y Elena me ayuda a sostenerlo. Envuelto en una manta blanca y rojo como un camarón esta frente a mí.

Es mío, es mi hija y es una niña.

Elena está llorando y yo solo puedo verlo con una sonrisa, es raro, pero es como si estuviera dispuesta desde este instante a dar mi vida por ella.