CAPÍTULO#2

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Cómo Stephanie lo había dicho, me vino a levantar para el desayuno, me dejó un cepillo de dientes, un cepillo de cabello, joyas y un cambio de ropa.

La hinchazón en mi rostro se ve horrible con todos esos colores, sin embargo no se ve tan mal como en otras ocasiones, es la primera vez en cinco años que vuelvo a usar skinny y una camiseta, tambien converse, mi exesposo me obligaba a usar vestido y tacones casí que todo el día, era bastante incómodo.

-Con la medicina se bajará rápido la hinchazón, no se preocupe.- sonreí a través del espejo.- El señor la espera para desayunar.

-Suena como si fuera a ser su empleada o su mascota.

-No se ponga negativa, todo saldrá bien, ya verá.

Me detuve en el comedor y Stephanie pasó de largo, apoyé mi mano sobre la silla y él se puso de pie, retrocedí enseguida por reflejo llevé mi mano a su pecho para calmarlo. Abrió la silla y me hizo una seña con su cabeza para que me sentará, tome asiento y él me empujó la silla para acomodarme.

-¿Cómo van tus heridas?

-Me cuestiono la idea de que morí luego de rodar por las escaleras y que esto puede ser mi infierno o mi paraíso.

-¿Desde cuándo vivir en la tierra se considera un paraíso?

-No sé, usted dígame, su hobby es matar personas en la madrugada.

-¿Y por qué Dios pondría a un hombre como yo en este "paraíso"?

-No sé, yo no lo conozco pero, de lo que sí estoy segura es de que a usted lo puso el diablo.

-El desayuno, señor.- Un trío de mucamas empezó a servir el desayuno, todo se veía como un banquete de reyes.- Buen provecho.

-¿No le daban comida en su casa?

-El señor de la casa no desayunaba, y si él no comía, yo no podía comer.- sonreí sutilmente.- Provecho.

Empecé a ver qué era lo primero que iba a probar, pinché la fruta y empecé a comer saboreando la fruta fresca, esto sí me hacía sentir libre. Tome la pequeña jarrita de leche y la vacié en mi café, le coloqué azúcar y le di un trago calentando mi estómago.

-¿Quién en su familia tiene los ojos de ese color?

-¿Es usted un traficante de órganos? ¿Quiere sacarme los ojos?

-¿No tiene una lógica que le permita responder las preguntas sin ponerse pasivo-agresiva? - suspiré, era cierto que siempre estaba a la defensiva pues, mi única convivencia humana era mi marido.

-Ni madre, ni mi padre, ni mi abuela. Mi bisabuelo materno los tenía, ninguno de los cinco hermanos de mi madre ni mis primos sacó los ojos de mi bisabuelo pero, cuando yo nací, me volví una superestrella.- continúe comiendo sin restarle importancia.-¿Ya puedo saber los motivos por el cual estoy desayunando con el asesino de mi marido?

-¿Desearía estar desayunando con el cadáver de su marido?

-No, desearía estar desayunando como en mis sueños, cuando se me permite soñar y él no se atravesaba.

-En serio esa rata aparecía en sus sueños?

-Más bien los volvió pesadilla.

-¿Y qué soñabas cuando él no estaba?

-A mí siendo libre, sentada en el balcón de un rústico hotel precioso en París que da exactamente a la torre Eiffel.- sonrío y lo miro, borró la sonrisa.- Lo siento.

-¿Por qué?

-No debo hablar si usted no lo hace primero.

-No tengo problema con eso, no te vuelvas a disculpar, no eres mi prisionera.

Dark Romance  [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora