Como todo en mi vida, las puertas estaba cerrada a mi libertad, no estoy atada a nada, soy libre de tener lo que quiera y, luego de una larga consolación sobre su amada que fue abatida por la gente de Romanov, no a propósito, el atentado no iba para ella, simplemente estaba en el lugar equivocado y mi odio hacia Enzzo me ha hecho ser cómplice de Morgan.
-Enzzo.- levante la mirada de mi libro, Morgan se sentó en el sofá mientras que yo estaba en el suelo con las piernas cruzadas.
-¿Dónde coño quieres que nos veamos? Y quiero a Elizabeth completa sin una sola marca, como me entero que la tocaste, Morgan, te mato.
-Asegurate que tus hombres no me jodan, está noche iremos a cenar y tú pagarás la cuenta, quiero que mi chica se sienta como toda una reina.
-Te juro que mis instintos se están controlando de mandar a bombardear tu puta casa solo porque Elizabeth está allí.
-Que considerado amigo, te veo a las ocho en el restaurante.- colgó.
Me miró.
-¿Que tiene ese hombre contigo?
-Está enfermo, quiere controlar a todo el mundo pero sabe que yo no caeré a sus pies, he lidiado con imbéciles como él.
-Te traeré el vestido más sexy para la cena de está noche, quiero ver lo loco que se pone cuando llegues conmigo.
-Dijiste que quieres una parte de sus tierras ¿Crees que te las de? Enzzo es muy...severo para esas cosas.
-Si está tan enfermo como aseguras, por tí, daría hasta su mafia.
-No espero nada de ese hombre horrible.
Cuando el cierre ajustó el vestido a mi cuerpo supe que Enzzo si se volvería loco, más con la abertura que tenía en la pierna y el escote pronunciado, el vestido en terciopelo y el collar con un diamante precioso que me obsequio Morgan para complementar.
Cabello recogido para resaltar el diamante del cuello, el maquillaje hizo que mis ojos se alargan y el maquillista decía que tenía mirada de sirena que complementa con el color de mis ojos, estaba satisfecha y Morgan halagó muchísimo como me veía.
-Preciosa.- sujeté su mano y con todo el gusto del mundo me aferré a su brazo para caminar hacia el elevador y subir al último piso donde está el restaurante.
Las miradas de muchos hombres se levantaron cuando el elevador se abrió, cada masculino detuvo su tiempo para fijar su mirada en mí, levanté mi mirada y caminó erguida haciendo sonar los zapatos caros. Reconocí a los hombres de Enzzo que hicieron una seña hacia la sala VIP donde supongo que Enzzo estaba esperando.
-Carajo...- musitó al verme.
-Romanov, no nos vemos desde que mataste a mi esposa.
-Mala mía.- me miró y volvió su feroz mirada a Morgan- ¿Qué es lo que quieres?
-Por favor, siéntate, Lizzy.- me sujetó la mano y me abrió la silla.
-Gracias.- le sonreí -¿Puedo ordenar algo de beber?
-Lo que quieras preciosa, Enzzo paga.
-Entonces quiero la carta de postres y vino.
Pedí un tiramisú y dos copas de champán, amaba el champán, Enzzo respiraba como toro y su mano cubría su boca furioso por la espera que estábamos dando y porque le daba de comer a Morgan en la boca.
Di un brinco cuando su mano golpeó la mesa, está vez su mirada se posó en Morgan.
-Habla de una puta vez, tú mamá está desesperada y tú estás tragando chocolate.
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Dark Romance [#1]
Novela Juvenil¿Amamos de verdad? ¿O solo tenemos miedo a estar solos?