Aleck, un estudiante canadiense neurótico, alumno ejemplar y campeón del voleibol, conoce al nuevo estudiante de intercambio llamado Riccardo, un nuevo alumno en la escuela que llama la atención a todos, despertará nuevos sentimientos por el novato...
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Rich estaba planeando cómo festejar su cumpleaños, estuvo pensando si ir a los bolos, una fiesta de piscina o en la playa con sus amigos más cercanos. Sin embargo, después de dudarlo durante días, Rich finalmente consulta con sus amigos vía mensajes de texto.
Rich: no sé qué hacer para mi cumpleaños, igual pensaba mejor en no festejar este año mi cumpleños
Nathan: de que estas hablando???, vamos a celebrar juntos quieras o no
Yamato: calmate Nathan
pero es verdad, cumples 18 años amigo
deberías hacer algo en especial
claro
si tu quieres
Aleck: podemos festejar en tu casa con pastel, algo sencillo
Yamato: esa me parece buena idea
Nathan: por qué no?
Rich: ok, me convencieron, festejaremos con un pastel en mi casa, les parece bien?
Nathan: sii
Yamato: me parece perfecto
Sophie: buena idea
Ben: ahí estaré
Aleck: cuenta conmigo <3
Todos se reúnen en la casa de Rich para festejar su cumpleaños mientras conversan animadamente.
—Oigan, a todo esto, ¿y si jugamos "yo nunca"? —propusó Nathan.
—¿Por qué no? —dijo Yamato entusiasmado.
—Bien, vamos a sentarnos todos en la sala y empezamos a jugar —señaló Nathan.
—Dale —dijo Sophie sonriente.
Todos se encuentran reunidos en la sala para jugar "yo nunca"
—Ya saben como funciona, si lo han hecho, toman de su vaso lleno de alcohol —explicó Nathan.
—Sí, lo sabemos Nathan —dijo Sophie con una sonrisa cómplice.
—Bueno, por si las dudas y solo para confirmar —dijo Nathan.
—Vale chicos, que yo empiezo —dijo Aleck. —Yo nunca he besado a alguien de los que están aquí presentes.
Aleck, Rich, Sophie, Nathan y Yamato toman un sorbo de sus vasos, menos Ben que se sorprende al verlos beber todos juntos.
—¿Qué?, ¿acaso se han besado entre todos ustedes o qué? —preguntó Ben incrédulo.
—¡No! —responde Sophie rápidamente. —Es decir, ¿a quién has besado tú, Nathan?
—No tengo por qué decirlo —replicó Nathan.
—¿Fue Yamato?, ¿verdad?, vamos, tranquilo, yo no tengo problemas con eso ni me importa, al final y al cabo ambos sabemos con quién se queda —dijo Sophie con una sonrisa falsa.
