Capítulo 24. Sophie y Ben.

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Sophie no podía concentrarse en clase, su mente estaba obsesionada con Yamato

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Sophie no podía concentrarse en clase, su mente estaba obsesionada con Yamato. Desde la fiesta de Aleck, donde lo vio besándose con Nathan, ella había intentado superarlo y creía que lo había logrado. Sin embargo, ahora se daba cuenta de que aún no estaba completamente recuperada.

«Aquella noche en la fiesta de Aleck... después de verlo besarse con Nathan... y recibir consolación por parte de Samantha, nos besamos, significó algo ese beso para ella o fue solo por lástima por el momento, solo quizás no haya sido solo por lástima, pero... ¿significara algo para ella o fue un beso sin importancia por el momento?, ¿acaso yo le gusto?, y si es así, ¿desde cuándo?, creo que ella vio el momento y la provecho, aun que eso sería pensarlo demasiado y hacerme una ilusión, espera, ¿acaso a mi me gusta también?, es que es tan linda y... de cierta manera me gusta como es ella, me atrae, pero... ¿me atrae tanto lo suficiente como para decir que me gusta?, por cierto, esta clase es muy aburrida, asi que no importa que preste mucha atención ahora y me pierda en mis propios pensamientos»

Sophie se encontraba en su casillero guardando sus cosas de la clase anterior hasta que Samantha aparece y la saluda. Pero por dentro, ambas sabían que las cosas habían cambiado después de aquel beso.

—Ah, hola Sam. —dijo Sophie.

—Hola. «¿acaso si podemos hablar con naturalidad después de besarnos?, ¿no?, llevamos hablando como si nada desde ese día, asi que supongo que esta bien, pero, ¿por que me estoy muriendo de los nervios entonces?, además, todo este tiempo le he estado dando apoyo emocional por lo de ella y Yamato», pensó Samantha. —¿Quieres que tú y yo vayamos a comer esta vez en la biblioteca?

—No sé puede comer en la biblioteca. —dijo Sophie mientras le salía una pequeña risa.

—Ah, entonces, donde se pueda, afuera de la escuela, por la entrada, lo que pasa es que quiero pasar tiempo de calidad contigo hoy. «Lo estoy arruinado, lo estoy arruinando, no sé sabes ni qué dices Samantha», pensó Samantha.

—Oh, claro, podemos comer por allí. «¿Acaso quiere que pasé este descanso a solas con ella?, ¿me está coqueteando?, ¿será cierto que si le gusto?, ¿¡las cosas se están poniendo raras!?», pensó Sophie mientras se ponía más nerviosa.

Mientras caminaban juntas hacia su lugar elegido para comer, Samantha intentaba mantener una conversación casual mientras luchaba contra sus propios nervios.

—Bueno, entonces... vamos. Yo traje solo un sándwich para comer... ¿y tú?

—Pollo. Fue lo que sobró de ayer, lo vi en el refrigerador en la mañana y fue lo que traje. —dijo Sophie.

—Oh, ¿no te haces el desayuno?, o bueno, ¿no te lo hacen?, supongo que comes sobras seguido. «Ya cállate Samantha, solo estás diciendo tonterías.», pensó Samantha.

—Por la distancia no me da tiempo y casi no hay para hacer en la cocina, casi siempre está vacía, y ya hasta crees que me harán desayuno en la mañana alguno de mis padres. —dijo Sophie mientras se reía al final.

Todas las cosas que él dijoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora