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-no estaba muy seguro donde traerte, lo lamento-Embry se rascó la nuca avergonzado.
Cuando había aceptado salir con Embry hace una semana, jamás se me pasó por la cabeza que me traería a un picnic en la playa. El día estaba un poco nublado y corría un poco de viento, pero estaba perfecto si te abrigabas un poco, en la arena había extendida una manta color rojo y sobre ella había una canasta con diversas cosas; unas botellas de jugo, algunos cupcakes y un par de sándwiches.
-Embry esto es hermoso, me encanta-le di un suave beso en la mejilla y lo agarre de la mano para tirar suavemente de el para que nos sentáramos en la manta.
-eres preciosa cass y no se como tengo el honor de que estés acá conmigo, si te sientes incomoda o algo dime y lo entenderé, te iré a dejar a tu casa cuando quieras-jugueteaba con sus manos nervioso.
A pesar de que nos lleváramos dos años, nunca pensé que salir con Embry sería tan tierno, me hacía sentir como si mi presencia fuese su regalo de navidad.
-vas a querer irte tú antes que yo-le pegue un suave golpe mientras me reía.
-mi mamá me ayudo a hacer todo esto, se volvió loca cuando le dije que iba a salir contigo-se recostó en la arena mientras empezaba a comer un sandwich, imité su acción.
-dile a tu madre que tiene un talento para la cocina, ¿como está ella?
-está bien, algo cansada ya sabes... tener dos trabajos de tiempo completo es algo pesado.
No era secreto para nadie de la reserva que el padre de Embry desapareció apenas se enteró que su madre, Tiffany, estaba embarazada, tampoco era secreto que nadie más que ella sabía la identidad del progenitor de su hijo, eso hizo que la madre de Embry trabaje todos los días en dos trabajos para poder mantener bien a su hijo y darle algunos gustos de vez en cuando.
-algún día todo lo bueno se le devolverá a tú madre, estoy segura, empezando con el caballero que tiene como hijo-Call me acomodó un mechón de pelo detrás de la oreja mientras me sonreía.
-yo se que si, empezare a trabajar en el taller de Sam Uley en unas semanas-alce mis cejas en señal de sorpresa-parece ser que le va bastante bien, se le ve contento al menos, después de de lo Leah pensé que iba a estar destrozado.
-si bueno, al menos a el no lo dejaron por su primo semanas antes de casarse.
Una de las tantas tradiciones que tenía la reserva era que había un consejo, este se conformaba por mi papá y mi tío Billy, el abuelo de Quil y el señor Clearwater, padre de Leah. Como el consejo solía reunirse seguido desde que tengo memoria, la presencia de Leah y su hermanito Seth había sido una costumbre siempre, no fue nada grato ver como la que era como mi hermana mayor sufría por un hombre que no supo apreciarla, lo peor de todo es que sólo habían pasado unas semanas y Leah se negaba a hablar con todo el mundo. Desde el suceso de Sam, Leah y Emily, el consejo se había estado reuniendo más que en los últimos años y ella ni siquiera abría la puerta cuando le tocaba.
