¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Finalmente el día había llegado, hoy era la batalla contra los neófitos.
La manada había estado practicando con los Cullen y entre ellos durante las últimas semanas, y yo había seguido con mis clases de defensa bajo el ojo del consejo.
-¿donde vas a ir?-pregunto Olivia. Estábamos en mi casa haciendo mi bolso para la noche, era una mochila con cosas demasiado básicas; agua y abrigos.
-cerca del campo de batalla, una montaña donde supuestamente no nos encontrarán ni a mi ni a Bella.
Días antes con la chica Swan tuvimos que dejar un poco de sangre en algunos árboles de una zona del bosque, había sido la solución encontrada para que los neófitos no pusieran en riesgo a todo el pueblo, olerían la sangre e irían directo hacia allá.
Pero claramente tampoco podíamos estar en el lugar mientras todos combatían, así que nos quedaríamos en una montaña cerca del lugar.
-sabes que eres mi mejor amiga, ¿verdad?-Olivia hablaba temerosa. Respire profundamente antes de hablar, tenía un miedo tremendo, en a penas unas horas un vampiro vendría por mi sangre, pero no podía hacer esto; no podía despedirme de nadie, porque el decirles adiós significaba que quizás podía ser para siempre.
-lo se, y tú eres la mía-le sonreí un poco y cerré el bolso-vamos, Jared debe estar esperándote.
Emily y Olivia, al ser improntas, se quedarían junto con el consejo en la casa de los black, apenas terminara la batalla ese sería el punto de encuentro.
Al menos podía estar tranquila por ellos y por Charlie, el cual se iría a un viaje de pesca.
empecé a bajar las escaleras esperando que Liv me siguiera, al llegar a la primer planta estaba mi padre, tenía las llaves del auto entre sus manos y jugaba nerviosamente con ellas.
-¿lista?-pregunto.
Asentí suavemente con la cabeza y lo abracé-te amo papá-dije.
-yo también te amo.
Me separé suavemente y sin si quiera verlo a los ojos me dirigí fuera de la casa, el se iría junto con Liv a la casa de Jacob, pero yo tenía que ir por separado.
Sentía mis ojos picar fuertemente, tenía una opresión en mi pecho y un nudo en la garganta, no podía evitar pensar que quizás era la última vez que viera a todos.
Mi novio estaba en su estado lobuno cerca del bosque, por el jardín trasero, esperando para llevarme al claro. Habíamos estado repitiendo viajes en esta manera, ya tenía un poco de costumbre.
Por esto mismo no fue tan difícil el subirme arriba de el, pero el viaje también se sentía distinto, ¿podríamos volver a hacer esto?.
Cuando conocí a Paul a los trece años, jamás me imaginé que terminaría en esto, pero tampoco me había imaginado en perderlo, incluso cuando nos alejamos por su transformación, seguía teniendo el sentimiento de que el llegaría si lo necesitaba.
