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-¿¡te besaste con Lahote!?-olivia pregunto sorprendida.
Nos encontrábamos en la playa después de pasar toda la tarde estudiando, no encontré mejor que contarle lo sucedido con Paul hace unos días.
-joder, si.
-que mierda. lo lamento, cass, es solo que no me lo esperaba.
Inhale hondo el viento costero, yo tampoco podría creerme todo esto.
-ya se, la cague-me pase desesperada las manos por la cara, teniendo la esperanza de que pronto iba a despertar de una pesadilla.
-bueno no se si ese es el término correcto, ¿fue tan malo como para que te arrepientas así?-mi amiga me dio una mueca.
-no, eso es lo peor, que me encanto-escondí mi cara entre mis rodillas, estábamos sentadas en la arena.
-pero a ver, cuéntame de nuevo que hicieron después de ese beso-apoyo su cabeza en mi hombro en señal de apoyo.
-fue todo bastante bonito la verdad, después del beso en el lago nos quedamos ahí disfrutando del agua y nos volvimos a besar, también en su motocicleta, y cuando nos despedimos. Joder me quiero morir-gimotee.
-no entiendo, cass, te gusto el beso y a juzgar por lo que me dices, nada fue incomodo.
Me acosté en la arena y mire el cielo, estaba atardeciendo y este se teñía de colores naranjas.
-el problema es que bese al maldito Paul Lahote, quien se ha acostado con la mitad, si es que no toda, de la población femenina, el mismo que se supone que es mi mejor amigo... creo que lo he arruinado todo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas pero las retuve, la sola idea de haber recuperado a Paul hace unas semanas y ahora volverlo a perder por un impulso me mataba por dentro.
Luego de que me dejo en casa ese día no nos habíamos vuelto a ver, tampoco habíamos intercambiado mensajes o algo, quizás el también se estaba arrepiento. ¿En que clase de mundo Paul Lahote dejaría su vida de mujeriego por mi?, en ninguno.
El chico nunca había sido un hombre de una sola mujer, y por mas que el me quisiera por todos nuestros años de amistad, jamás sería lo suficiente como para que se conformara solo conmigo.
-cass, sabes que siempre Lahote a tenido una debilidad por ti, yo creo que en verdad siempre le gustaste pero nunca se atrevió a dar un paso. Pero si no quieres estar con el, supongo que siempre podemos emborracharnos y conseguirnos unos mejores partido-me empujó en broma.
Estaba a punto de contestarle algo a mi amiga cuando escuché un chiflido, me levante de la arena volviéndome a sentar y me fijé en dos figuras a lo lejos. Parecía que lo habíamos decretado, podría reconocer la figura de Paul a cualquier distancia, así que cuando vi su sombra acercándose inmediatamente sentí ganas de vomitar.
