Narra Reed
Miraba al cielo y veía como mi reina volaba sobre Ayris con tanta habilidad y gracia mientras se encargaba de acabar con la mayoría de los caballeros posibles. Una oleada de orgullo llena mi cuerpo, con tan solo verla me parece la reina más majestuosa que vi en toda mi vida. Servirle era todo un honor para mí.
Me hice a un lado justo a tiempo para esquivar la espada de un caballero, sin embargo, había conseguido cortar un poco de mi ropa por el brazo. Sonreí levemente y luego de clavar mi espada en su cuello, me arranqué la manga de la ropa para dejar al descubierto la marca del reino al que sirvo.
-¡Carguen! -escuché.
Noté entonces la cantidad de catapultas que habían preparado, las mismas que usaron para derribar a los dragones anteriormente. Corrí hacia ellos mientras disparaban a mi reina, pero Ayris, a pesar de su gran tamaño, podía esquivarlas. Antes de que pudieran lanzar otra, corté el cuello de los que la manejaban, pero son muchas otras las que seguían disparando. Me apresuré en correr hacia ellos y evitar que sigan cargando las catapultas.
-"Jadiel, ven."
Al instante él estaba a mi lado, me subí a su lomo y me ayudó a derribar las catapultas. Pidió a más dragones que nos ayudaran y gracias a eso pudimos destruir gran parte de su armamento. El plan estaba yendo de maravilla, podía ver como los caballeros empezaban a ser cada vez menos y los pocos que quedaban comenzaban a retirarse. Habíamos ganado... Pero mi sonrisa desaparece cuando la última catapulta dispara antes de poder destruirla, esta golpea en el ala a Ayris quien es derribada contra el castillo, los escombros de piedra caen sobre ellas, consiguiendo que sintiera mi corazón detenido en un instante.
-¡Eliette! -vociferé con preocupación.
Jadiel me lleva hasta allí y salté de su lomo para empezar a buscarla, quitando piedras y llamándola, rogando porque su voz llegara hasta mis oídos.
-¡Eliette, por favor! ¡Responde! ¡¿Dónde estás?!
Los dragones encontraron a Ayris, pero Eliette aún estaba perdida entre esta montaña de piedras. Ayris se levanta dolorida y mira hacia los escombros en donde yo seguía rebuscando.
-..ed..
Me detuve en un instante, creyendo haber escuchado algo. Todo permaneció en silencio y pude escuchar de nuevo una tos dolorosa.
-Reed...
-Eliette -corrí de inmediato hacia donde se escuchaba esa tos.
Empecé a escarbar con ayuda de los dragones y finalmente pude verla atrapada bajo unas cuantas piedras más, no la habían aplastado por completo gracias a que algunas sirvieron como paredes a su alrededor. Salté donde ella y la sujeté con tanta suavidad por creer que, con la más mínima fuerza, ella se rompería.
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LA DAMA DE LOS DRAGONES
FantasyCualquiera diría que vivir tras una barrera de niebla protectora, rodeada de solamente dragones en tu propio reino, es la mejor vida que pudieras desear, pero está en la naturaleza del humano querer conocer más, querer más. Eliette es el claro ejemp...