Capítulo 25 | Clases para la reina

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En este momento sentía mi cabeza quemándose mientras varios dragones en miniatura -que no eran más que producto de mi imaginación- volaban al rededor de mi cabeza

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En este momento sentía mi cabeza quemándose mientras varios dragones en miniatura -que no eran más que producto de mi imaginación- volaban al rededor de mi cabeza. Todo lo que esos profesores decían no conseguía que se mantuvieran dentro de mi mente, ni siquiera podía entender todo esto.

-Necesito un descanso -dije mientras me levantaba de mi asiento.

-P..pero, mi reina... Aún no le he explicado sobre las alianzas y tratados -replica el profesor.

-Cuando vuelva podrá seguir -respondí saliendo por la ventana de un salto para esquivarlo.

Escuché sus gritos de sorpresa mientras yo caía en picada hacia el vacío, pero antes de llegar Ayris me atrapa en su lomo y me lleva hasta las alturas nuevamente, volviendo a pasar por la ventana de la biblioteca en donde estaba el profesor llamándome para continuar con sus lecciones.

-"¿Complicado?" -pregunta Ayris.

-Les entiendo más a los dragones de luz que a él.

-"Bueno, los dragones de luz son más prácticos cuando se trata de enseñar, pero es cierto que no saben mucho sobre como llevar un reino humano."

-Fue una mala noticia para mí.

Volteé la mirada hacia uno de los balcones del castillo. Reed estaba sentado en el borde, sobre el barandal de mármol, leía un libro mientras Jadiel descansaba a su lado y Arawn se mantenía posado sobre su hombro. Nos acercamos a ellos llamando la atención de los tres. Salté de Ayris hasta el balcón, Jadiel apenas la vio se levantó y se fueron juntos a volar.

-¿Qué tal las clases? -pregunta Reed.

-No entiendo porqué tengo que aprender sobre política si ya llevo veintiséis años gobernando un reino de dragones -respondí exasperada y recostándome sobre el barandal.

-Entonces no ha ido muy bien -comenta cerrando el libro, poniéndose en pie y recostándose de espaldas contra el barandal.

-Ha sido terrible -me sinceré.

-Pero creo que es porque no quieres aprender de verdad ya que piensas que ya lo sabes todo -lo miré sintiéndome indignada por lo que ha dicho-. Antes de que te enfades y saltes... Déjame explicarme.

Me crucé de brazos y lo miré a la espera de su gran explicación.

-Sí, has sido reina desde que llegaste aquí pero también tuviste que aprender sobre gobernar a los dragones, ¿no? -asentí-. Bueno, ser la reina de los dragones y ser la reina de humanos no es tan similar como crees, después de todo son especies totalmente distintas que no siempre se han llevado o congeniado. Además, puede ser difícil la convivencia entre ambas especies ahora que recién empieza. Debes prestar atención a los detalles y entenderlos para saber cómo resolver los problemas de una forma política y que beneficie a ambas partes.

-Entiendo, pero eso no se escucha diferente a lo que hacía antes. Los dragones también tienen sus disputas.

-Lo sé, pero no hablo de eso solamente. Por ejemplo -él saca de su bolsillo una moneda y la lanza hasta mí-. ¿Qué es eso para ti?

-Un trozo de oro.

-¿Cuánto valor le dabas antes de conocer su uso en la aldea humana?

-Nada, no era necesario.

-Bueno, pues para los humanos es muy necesario y es una de las razones por las que empiezan las peleas civiles y entre otros reinos -explica-. Tienes que conocer su valor para saber cómo lidiar con problemas que lo relacionen. No tardará en saberse que Dracovia ha bajado sus defensas de niebla y otros reinos querrán venir.

-¿Atacarnos?

-No necesariamente pero sí debes estar lista para eso también. Otros reinos podrán venir para crear alianzas, buscar expandirse comercialmente, entre otras razones. No es malo, pero debes aprender a ver cuando una oferta es realmente buena o no. Una alianza política es algo muy bueno, te genera ayuda externa y beneficios que pueden ayudar a que el reino prospere y pueda crecer, pero si no entiendes el contrato que estás firmando pueden llegar a aprovecharse de tu ingenuidad y sacar más beneficios para ellos que para ti o para Dracovia, incluso puede ser peor.

Fruncí el ceño mientras pensaba en sus palabras, realmente no tenía idea de nada sobre eso, aunque supongo que el profesor intentaba explicármelo antes de que saltara por la ventana hace unos segundos atrás.

-Tiene algo de sentido, supongo. Nunca he tenido que hacer alianzas en las que se saque un beneficio económico. Los dragones solo buscan refugio a cambio de protección al reino, nada más.

-Entiendo, es un trato justo para los dragones que no necesitan nada más que eso, pero los humanos somos más complicados y avariciosos, algunos más que otros.

-Sí... lo sé. Supongo que aún me falta más por aprender sobre las actitudes humanas y sus intereses.

-No te preocupes, mi reina -jala de mi cintura para tenerme cerca-. Lo aprenderás todo antes de que te des cuenta, aprendes muy rápido.

Sonreí. Tuve que pararme en puntillas para alcanzar sus labios con los míos para besarlo unos segundos antes de pararme en el barandal.

-Bueno, tengo que ir de regreso, mi descanso terminó.

-Suerte, mi reina, procura prestarle más atención al profesor.

Asentí estando de acuerdo y di un salto. Ayris me atrapa enseguida y me lleva hasta la ventana de la biblioteca otra vez, volví a entrar, encontrando al profesor revisando sus notas y anotaciones en el pizarrón.

-Está bien, ya estoy lista -comenté llamando su atención.

-Me alegro de que haya decidido volver, mi reina... pero debemos hablar sobre salir y entrar por la ventana.

Reí algo apenada mientras rascaba mi nuca. El profesor suspira y decide ignorar eso por ahora para empezar de nuevo con sus lecciones, esta vez tuve más en cuenta las palabras de Reed y fue por eso por lo que me interesé más en las lecciones y no en lo aburridas que se escuchaban. Hice las preguntas que se me ocurrían y no me quedaba con ellas pensando en que podría entenderlas después. Si quería mantener el orden en Dracovia y comprender los cuidados que necesitaría ahora para que los humanos vivan conformes, entonces debía prestar atención y tomar notas de esto.

LA DAMA DE LOS DRAGONESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora